SAN JOSÉ GABRIEL DEL ROSARIO BROCHERO
Presbítero
El Cura Brochero nació el 16 de Marzo de 1840 en las cercanías de Va. Santa Rosa (Provincia de Córdoba) A los 16 años entró al Seminario Mayor de Córdoba “Nuestra Señora de Loreto” en donde recibió su formación sacerdotal y en la Universidad de Córdoba cursó sus estudios filosóficos y teológicos. Fue ordenado presbítero el 4 de noviembre de 1866. Un rasgo típico de su vida sacerdotal fue la presentación del Evangelio mediante un lenguaje vívido y cercano a la comprensión de la gente sencilla. Su preocupación estuvo en iluminar la vida de sus fieles a partir de la Palabra de Dios no de forma general y abstracta sino aplicada a las circunstancias concretas de la vida. Es nombrado Párroco de Villa del Tránsito (actualmente Villa Cura Brochero) desde donde desplegó su intenso ministerio pastoral. Murió enfermo de lepra y ciego en esa Villa el 26 de enero de 1914, a los 74 años de edad
EVANGELIO EN AUDIO
Preparación: Espíritu Santo, en este tiempo de gracia y conversión, ayúdame a abrir mi corazón a la Palabra y a dejarme transformar por ella.
Lectura: Con la lectura del profeta Daniel vemos a Azarías (un joven con fe fuerte en contexto de prueba y en medio de un mundo ateo) que reconoce el pecado del pueblo (“estamos humillados a causa de nuestros pecados”), expresa ante Dios el arrepentimiento (“acepta nuestro corazón contrito”) y manifiesta el propósito del cambio (“ahora te seguimos de todo corazón, buscamos tu rostro”).
Jesús da un paso más adelante. No sólo pedir perdón, sino saber perdonar a los demás... y sin cálculos matemáticos.
Meditación: Hablar de “siete” en ámbito judío es remitirse a algo completo. Cuando Jesús responde a la duda razonable de Pedro con el “setenta veces siete” le deja desconcertado. ¡Con lo difícil que es perdonar una sola vez!, pensaría Pedro. La dinámica del perdón es la de los tres jóvenes en tiempos de crisis: reconocer nuestro pecado (personal y comunitario) y expresar nuestro deseo de cambio y, sobre todo, mostrar la confianza plena en la bondad de Dios. En la gracia del perdón divino se dan cita nuestra pobreza y la inmensa generosidad del Padre. Cuaresma es tiempo de reconciliación con Dios y con el prójimo.
Oración: Señor de la gracia y el perdón, trátanos según tu clemencia y tu abundante misericordia para que, liberados con tu poder maravilloso, demos gloria a tu nombre con la manifestación de nuestras palabras y el testimonio de nuestra vida.
Contemplación: “Por el honor de tu nombre, Señor, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia”.
Acción: Frente a mi pequeñez, vivo la jornada en acción de gracias por la inmensa y desbordante generosidad de la misericordia de Dios.
Presbítero
El Cura Brochero nació el 16 de Marzo de 1840 en las cercanías de Va. Santa Rosa (Provincia de Córdoba) A los 16 años entró al Seminario Mayor de Córdoba “Nuestra Señora de Loreto” en donde recibió su formación sacerdotal y en la Universidad de Córdoba cursó sus estudios filosóficos y teológicos. Fue ordenado presbítero el 4 de noviembre de 1866. Un rasgo típico de su vida sacerdotal fue la presentación del Evangelio mediante un lenguaje vívido y cercano a la comprensión de la gente sencilla. Su preocupación estuvo en iluminar la vida de sus fieles a partir de la Palabra de Dios no de forma general y abstracta sino aplicada a las circunstancias concretas de la vida. Es nombrado Párroco de Villa del Tránsito (actualmente Villa Cura Brochero) desde donde desplegó su intenso ministerio pastoral. Murió enfermo de lepra y ciego en esa Villa el 26 de enero de 1914, a los 74 años de edad
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LECTURAS, COMENTARIO y ORACIÓN
EVANGELIO EN AUDIO
Preparación: Espíritu Santo, en este tiempo de gracia y conversión, ayúdame a abrir mi corazón a la Palabra y a dejarme transformar por ella.
Lectura: Con la lectura del profeta Daniel vemos a Azarías (un joven con fe fuerte en contexto de prueba y en medio de un mundo ateo) que reconoce el pecado del pueblo (“estamos humillados a causa de nuestros pecados”), expresa ante Dios el arrepentimiento (“acepta nuestro corazón contrito”) y manifiesta el propósito del cambio (“ahora te seguimos de todo corazón, buscamos tu rostro”).
Jesús da un paso más adelante. No sólo pedir perdón, sino saber perdonar a los demás... y sin cálculos matemáticos.
Meditación: Hablar de “siete” en ámbito judío es remitirse a algo completo. Cuando Jesús responde a la duda razonable de Pedro con el “setenta veces siete” le deja desconcertado. ¡Con lo difícil que es perdonar una sola vez!, pensaría Pedro. La dinámica del perdón es la de los tres jóvenes en tiempos de crisis: reconocer nuestro pecado (personal y comunitario) y expresar nuestro deseo de cambio y, sobre todo, mostrar la confianza plena en la bondad de Dios. En la gracia del perdón divino se dan cita nuestra pobreza y la inmensa generosidad del Padre. Cuaresma es tiempo de reconciliación con Dios y con el prójimo.
Oración: Señor de la gracia y el perdón, trátanos según tu clemencia y tu abundante misericordia para que, liberados con tu poder maravilloso, demos gloria a tu nombre con la manifestación de nuestras palabras y el testimonio de nuestra vida.
Contemplación: “Por el honor de tu nombre, Señor, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia”.
Acción: Frente a mi pequeñez, vivo la jornada en acción de gracias por la inmensa y desbordante generosidad de la misericordia de Dios.
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