Mateo 16,13-19 EVANGELIO EN AUDIO
Reconocer el estilo mesiánico de Jesús es un don de Dios y un desafío para las comunidades. Ese reconocimiento es el que le da sentido a la fiesta que celebramos. Porque lo que celebramos no es la primacía de Pedro por encima de los otros apóstoles, sino la identidad y confesión de fe que fundamenta nuestro ser Iglesia y discípulos de Jesús: confesarlo como el Evangelio vivo de Dios que se encarna solidariamente en la vida de los pobres y víctimas de la tierra.
Esta misma confesión es la que otorga razón de ser a la Iglesia, porque reconoce su fundamento, como lo expresó el teólogo Yves Congar, «en el esfuerzo de todos los combates por la liberación y la dignidad de los seres humanos, y no solo en las liturgias de nuestras iglesias por muy auténticas que estas sean, sino donde quiera que los hombres y mujeres sean víctimas del odio, de la explotación, del desprecio, de la falta de amor, de las discriminaciones injustas».
¿Percibimos lo esencial de nuestras celebraciones litúrgicas?
Reconocer el estilo mesiánico de Jesús es un don de Dios y un desafío para las comunidades. Ese reconocimiento es el que le da sentido a la fiesta que celebramos. Porque lo que celebramos no es la primacía de Pedro por encima de los otros apóstoles, sino la identidad y confesión de fe que fundamenta nuestro ser Iglesia y discípulos de Jesús: confesarlo como el Evangelio vivo de Dios que se encarna solidariamente en la vida de los pobres y víctimas de la tierra.
Esta misma confesión es la que otorga razón de ser a la Iglesia, porque reconoce su fundamento, como lo expresó el teólogo Yves Congar, «en el esfuerzo de todos los combates por la liberación y la dignidad de los seres humanos, y no solo en las liturgias de nuestras iglesias por muy auténticas que estas sean, sino donde quiera que los hombres y mujeres sean víctimas del odio, de la explotación, del desprecio, de la falta de amor, de las discriminaciones injustas».
¿Percibimos lo esencial de nuestras celebraciones litúrgicas?
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