4ª semana durante el año - martes

Cardenal Pironio: la coherencia de una vida entregada al servicio


Marcos 5,21-43 EVANGELIO EN AUDIO
   La enfermedad de las personas es fruto del desgaste natural del cuerpo o de algún accidente sufrido. La enfermedad doblega, deprime y oprime. En los tiempos de Jesús la enfermedad, además de debilitar las fuerzas y postrar a las personas, tenía una connotación más grave. El enfermo era considerado una persona impura, pecaminosa y maldita por Dios. Estar enfermo era lo peor que le podía pasar a una persona. Peor aún si la víctima era mujer y, más aún, menor de edad. Como mujer, no tiene ningún valor ante la sociedad religiosa de entonces, como niña menos, ya que su condición era similar a la de un esclavo. Aquí Jesús se revela como Señor de la vida, vencedor de la muerte. Es otro signo del dinamismo del Reino que trasforma y humaniza.  
   En segundo lugar, se percibe claramente cómo Jesús ha despertado la esperanza del pueblo empobrecido y oprimido dando vida, reconciliando, sanando y comunicando la alegría del reinado de Dios. Mira si en nuestro contexto somos signos de salud, vida y esperanza para nuestra gente.  

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