8 de enero

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1Juan 4,11-18 
Marcos 6,45-52
     La multiplicación y el reparto de los panes y los peces lo podemos leer en los cuatro evangelios. Las comunidades que redactaron estos libros no quisieron olvidar este gesto profético de Jesús. Es un síntoma de que aquellas comunidades recordaban e intentaban vivir el reparto de los panes. El evangelio nos recuerda que los discípulos, y no digamos nosotros, no entendieron lo de los panes. Jesús puso en oración el signo milagroso que había realizado y por eso subió a la montaña a orar. Los discípulos se quedaron solos en un mar de dudas y de fatigas. Jesús les anima caminando sobre las aguas de tantas dudas y miedos. El evangelio nos recuerda que Jesús sigue con nosotros en la barca como compañero de travesía instruyéndonos sobre el signo de la comida compartida y de la sobrante que guardan en doce canastas, no en los almacenes de las multinacionales especuladoras de la comida del pueblo, sino en las canastas de los pueblos hambrientos del mundo.

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