Turquía: arrestado un sacerdote asirio
Mc 1 40-45 EVANGELIO EN AUDIO
La lepra, en tiempos de Jesús, era considerada una enfermedad muy grave. Además se pensaba que era consecuencia de un pecado cometido por la persona o por sus antepasados. Por eso a la persona con esta enfermedad se le marginaba y excluía de la vida social y religiosa. El leproso del evangelio encuentra en Jesús una posibilidad de recuperar su dignidad como miembro del pueblo de Dios. Pone toda su esperanza y su confianza en Jesús, quién le devuelve la salud y la vida. Le ordena que no se lo diga a nadie porque no pretende ser famoso y también para evitar la murmuración y persecución de las autoridades religiosas. Pero el testimonio del liberado se vuelve viral y vienen muchos a buscar esperanza en él.
Qué bueno sería que hoy nos buscaran porque somos instrumentos de la misericordia liberadora de Dios y no por nuestros propios méritos.
La misión del discípulo es escuchar la súplica de las personas que sufren y aportar un granito de arena para su liberación.
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