San Esteban protomártir

Se ha manifestado la gracia de Dios

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Mt 10 16-23 EVANGELIO EN AUDIO 
San Esteban
    1.El primer santo que la liturgia cristiana celebra en cuanto recuerda el nacimiento de Jesús, es el primer mártir que murió por defender su forma de entender y vivir la fe en Jesús. Este mártir fue Esteban. Según testifica el evangelista Lucas, Esteban fue el líder de los llamados "helenistas", que eran israelitas de origen griego y de cultura helenista. Esto los distinguía, y hasta los enfrentaba, con los israelitas de Judea (los judíos). Los orígenes culturales condicionan las creencias religiosas. Y son motivo de frecuentes divisiones e incluso conflictos. Esto es lo que ocurrió en el cristianismo naciente de Jerusalén.
     2. Esteban fue un °hombre de Dios". De él dice Lucas que estaba "lleno de fe y de Espíritu Santo" (Hech 6, 5), lleno de gracia y poder (Hech 6, 8), lleno de "Espíritu Santo" (Hech 7, 55) y que hablaba "con sabiduría y Espíritu" (Hech 6, 10). Sin embargo, este creyente -al que inspiraba el Espíritu de Dios-, tuvo la libertad y la audacia de oponerse y enfrentarse al Templo y contra la Ley (Hech 6, 13-14; 7, 55-56). Lo cual quiere decir que Esteban no era ni ateo, ni enemigo de la fe o de la religión. Lo que él no toleraba es lo mismo que no toleró Jesús cuando se enfrentó al Templo y cuando quebrantó las normas y leyes de los maestros de la Ley. Exactamente lo mismo que hizo Jesús. Por tanto, a Esteban lo mataron por los mismos motivos por los que crucificaron a Jesús.
     3. El evangelio de este día nos habla de persecuciones, conflictos, enfrentamientos y muertes, que pueden llegar incluso a romper familias y relaciones entre padres e hijos. Y es que la religión (con sus leyes, sus ceremonias y sus templos) es, con demasiada frecuencia, un aliado muy eficaz del modelo y del sistema de sociedad que tenemos. En este modelo y este sistema, hay cosas que nos agradan y nos dan seguridad. Pero no agradan ni dan seguridad a todos por igual. Sino que, como sabemos, todo esto hace que haya ricos y pobres, poderosos y desamparados, notables y plebeyos, etc. Y Jesús vio que había que acabar con todo esto. Jesús quiere igualdad, respeto y bondad por igual para todos.
     El Templo y la Ley son pilares que se utilizan para mantener las desigualdades y las injusticias. Por eso, Jesús se enfrentó al Templo y a la Ley. Lo mismo le ocurrió a Esteban. Y lo mismo le seguirá pasando a todo el que se tome en serio el modelo de vida de Jesús.
Hechos 6,8-10;7,54-60  Veo el cielo abierto
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios." Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado." Y, con estas palabras, expiró.
Esteban es testigo de la luz, gracias a su compromiso con la verdad y la justicia, manifestadas en Cristo Jesús. Fue considerado blasfemo y por eso lo lincharon. Esteban era helenista en Jerusalén: un foráneo para los locales; para el grupo de mesianistas galileos, un extraño. Pero creyó en el proyecto de Dios y dio su vida por él. El reino de Dios no es un proyecto de ultratumba, sino de hacer la experiencia de Cristo Jesús con los más necesitados de nuestro mundo.
     En ese proyecto hay una gran dosis de ruptura con lo establecido y de rebeldía contra lo instituido cuando los marginados y oprimidos no son prioridad de acción y de misión. El reino privilegia a los excluidos. Implica, por lo mismo, una necesaria lectura de la realidad y una reinterpretación de la fe cristiana, más en la línea testimonial y militante, que en la pietista ritual.
   La fe cristiana que recupera el proyecto de Dios debe hacerlo viable el día de hoy. El proyecto de Jesús requiere testigos. 

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