3ª semana de adviento - lunes

32º Marcha de la Fe acompañada por nuestro Obispo Gabriel

Ángelus del Papa: no es suficiente creer en Dios, hay que purificar la fe todos los días

Mt 21 23-27 EVANGELIO EN AUDIO
   1. El episodio que se recoge en este relato nos presenta el diálogo, entre Jesús y los sumos sacerdotes, a la mañana siguiente (Mt 21,18) de la violenta expulsión de los mercaderes del templo (Mt 21, 12-13). Los dirigentes y funcionarios del santuario, que ganaban cantidades importantes de dinero con el gran negocio de la venta de animales para los sacrificios del culto sagrado, andaban preocupados, seguramente nerviosos. Jesús los había desenmascarado al afirmar que habían convertido la "casa de oración" en una "cueva de bandidos" (Mt 21, 13; Jer 7, 11). Para aquellos hombres, aquello fue una agresión ofensiva. De otra manera, es lo que ahora ocurre, en catedrales, conventos, iglesias de valor histórico o estético, en las que los creyentes y los turistas tienen que pagar para visitar el lugar sagrado. "Lo sagrado" se ha convertido en "mercancía" y en °negocio". Los cristianos, al menos, no deberíamos consentir esto.

  2. Es notable que los funcionarios del templo no le preguntaron a Jesús si ellos eran o no eran los responsables de aquel "bandidaje". Es decir, no les interesa saber si ellos eran culpables o si estaban equivocados. Lo único que les preocupa es saber si Jesús tenía o no tenía "autoridad" (exousia) para hacer lo que hizo y decir lo que dijo. O sea, a los "hombres de la religión" no les preocupa saber si ellos proceden bien o mal. Lo que quieren saber es si Jesús podía hacer aquello. Lo que les quita el sueño es saber qué poder tienen los que no están de acuerdo con ellos.
   3. Jesús no era un ingenuo. Por eso, hizo dos cosas: 1) No les respondió a una pregunta que llevaba veneno. 2) Les hizo él otra pregunta que puso al descubierto las contradicciones en que vivían aquellos sacerdotes. Los profesionales de lo sagrado no suelen reconocer sus equivocaciones, sus fallos, la contradicción en que muchas veces viven. Cuando se ven confrontados a sus oscuros comportamientos, se quedan sin palabra. Prefieren callar, en vez de decir honestamente:"Estamos equivocados'. ¿Y nosotros? 
Números 24,2-7.15-17a  Avanza la constelación de Jacob
     En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos: "Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: ¡Qué bellas las tiendas de Jacob y las moradas de Israel! Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente. Su rey es más alto que Agag, y su reino descuella."
  La libertad del Espíritu de Dios es una de las convicciones bíblicas más arraigadas entre los cristianos. Esto es lo que brilla en el relato de Balán, aquel extranjero que debió bendecir a la gente cuando el rey que lo había contratado le exigía maldecirla. Pero esa libertad de Dios ha hecho camino secular también hacia los humanos adquiriendo diversas facetas o modos; pensemos en la libertad de expresión y en la libertad de pensamiento que han venido a constituirse en reconocidos derechos fundamentales de las personas a nivel universal. Los procesos educativos actuales tienen la libertad de pensamiento como ingrediente fundamental en la madurez de las personas. En efecto, de pequeños somos conducidos en las formas y criterios de vida de nuestros mayores, conforme crecemos en discreción y en el uso de la razón, comenzamos a preguntar y razonar sobre la validez de lo que hemos aprendido, hasta ir formulando criterios propios de vida. Balán, profetiza movido por el Espíritu de Dios.
     ¿Alienta en nosotros el mismo espíritu? ¿Cómo alienta esto entre el pueblo de Dios?

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