AVANZAN LAS OBRAS DEL “VÍA CRUCIS RIBEREÑO” DE NECOCHEA. MONS. MESTRE RECORRIÓ EL PREDIO.
Fisichella: dar vigor y perspectivas a la exhortación Evangelii Gaudium
Dolor de los obispos de Chile por el incendio de la Iglesia San Francisco de Curicó
El texto evangélico trae un llamado a observar los signos de los
tiempos, a darnos cuenta de que, aunque todo parece complicado, hay señales
de que algo puede cambiar y el “verano” se acerca. Los problemas de
injusticia, el sistema económico explotador, la crisis de valores, la
violencia contra mujeres y niños, la explotación salvaje de los recursos
naturales… parecen obstáculos imposibles de superar y es fácil caer en el
pesimismo.
Vale la pena recordar que “en el principio existía el Verbo”
(Jn 1,1) y este Verbo encarnado es la Palabra que no pasará. Cuando este
Evangelio se escribe, las palabras de Jesús ayudaban a las comunidades a
leer sus penurias con lentes de esperanza. Hoy, el mismo texto, también nos
da la seguridad de que el reino llegará y el imperio de aquellos que oprimen
al pueblo se acabará.
Los signos que sacuden la sociedad, no son signos de
muerte, sino de vida. ¿Estamos dispuestos a colaborar con la Palabra en la
construcción de un mundo más humano?
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