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Santoral: San Antorio María Claret
Lc 12 49-53 EVANGELIO EN AUDIO
En palabras de suma intimidad, Jesús comparte con sus discípulos la profundidad de su corazón: lo que intensamente anhela y la angustia que le genera la urgencia de su cumplimiento. Compara estos sentimientos con un fuego que arde y que quiere contagiar por donde va pasando, sabiendo que el tiempo ha llegado y que queda poco.
Ciertamente, los apóstoles son contagiados de ese fuego del corazón de Jesús y especialmente confirmados en la misma misión que su Maestro en el día de Pentecostés. Es el celo que mueve al misionero apostólico que se sabe llamado y enviado para una misión que no permite esperas.
Las contradicciones muchas veces son un signo de ese fuego que el Espíritu hace arder en los corazones de aquellos que han optado por ser misioneros.
La memoria de san Antonio María Claret se sintetiza en este mismo fuego y nos presenta el Corazón de María como la fragua ardiente donde nos forjamos para seguir haciendo crecer este fuego en el corazón del mundo.
¿Cómo cuidamos el fuego de nuestro corazón misionero?
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