El Papa consagró el Sínodo para la Amazonía a San Francisco de Asís
Lc 10 17-24 EVANGELIO EN AUDIO El evangelio nos muestra el regreso de los discípulos, se constata el éxito de la misión y una dimensión de alegría. El éxito de la misión por la supremacía del nombre de Jesús respecto a las potencias del mal y la aniquilación de Satanás. La dimensión de la alegría está por el comienzo de la misión, y en el ser conocidos y amados por Dios.
El significado de la expresión:
“sus nombres están escritos en el cielo” es estar presente en el corazón de
Dios. También aparece la oración de Jesús donde expresa la bondad de Dios
evidente en los pequeños y sencillos. A los sabios que se jactan de su
conocimiento, les cuesta entrar en el plan de la salvación de Dios. El contenido
teológico de la oración de Jesús y de la nuestra es la humildad, principio del
encuentro con Dios, y acoger su benevolencia.
Una actitud soberbia y autosuficiente nos cierra a la bondad de Dios ¿Cómo percibimos que las fuerzas del mal son aniquiladas en la vida de nuestra comunidad?
Una actitud soberbia y autosuficiente nos cierra a la bondad de Dios ¿Cómo percibimos que las fuerzas del mal son aniquiladas en la vida de nuestra comunidad?
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El hilo conductor de esta semana es la fe. En el evangelio, la ironía de
Lucas parece que quiere provocar en los lectores una reacción para pasar de
las ideas a las obras: “si tuvieran fe como un grano de mostaza...” ¿Cómo es nuestra fe? ¿Cuáles son nuestras acciones, tanto a
nivel colectivo como personal?
José
Luis Sicre: Falta de fe y
sobra de presunción. Lo que pretende Lucas es dar un severo toque de
atención a los responsables de las comunidades cristianas. Lucas les recuerda
las palabras de Jesús: “No presumáis de fe, no tenéis ni un gramo de ella”.
José
Antonio Pagola: ¿Somos creyentes?
Jesús les había repetido en diversas
ocasiones: « ¡Qué pequeña es vuestra fe!».
Florentino
Ulibarri: Auméntanos la fe. Los mitos y credos se hunden y surge la inseguridad
en el horizonte. Ya no nos atrevemos a confiar en nuestra dignidad de hijos, la
que hace posible un mundo más fraterno y justo.
Vicky
Irigaray: Auméntanos la fe. El signo más expresivo de la presencia del reino es
el amor desinteresado que ayuda y perdona. Debemos estar dispuestos a perdonar
siempre y en todo momento.
Anáfora:
Fe y confianza. Infúndenos, Padre bueno, tu espíritu, para que nos
transforme por dentro, nos revolucione y seamos consecuentes con la fe que te
profesamos.
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