El padre de los hijos de nadie
El Papa: los proyectos humanos sin la firma de Dios fallan
Lc 7 36-50 EVANGELIO EN AUDIOSan Jenaro, obispo y mártir
1. Este relato es de los más provocativos que hay en el Evangelio. Jesús es invitado a un 'simposio, un banquete. Hay que saber que el °simposio" era una de las costumbres más determinantes de la sociedad y de la cultura antigua greco-romana. Al comer y al admitir en los banquetes a pecadores y personas de mala fama, Jesús trastomó el "orden social° más radicalmente que con todos sus sermones y discursos.
2. En este relato, el hecho fue mucho más provocativo. Porque el que invitó fue un fariseo (modelo de observante). El invitado fue Jesús (modelo de inobservante: Mc 2, 1-12; Mt 9, 1-8; Lc 5, 21; Jn 10, 33; Mt 27, 63; Lc 23, 2. 14).Y el personaje central una mujer, que tenía tan mala fama, que resultaba escandaloso admitirla en aquella casa y dejar que se acercase a aquella mesa. Pero el episodio se desarrolla de forma que, al final, fue la mala mujer la que Jesús propone como ejemplo de amor a imitar, mientras que el observante y piadoso anfitrión queda por los suelos, como ejemplo de lo que jamás se debe hacer.
3. Jesús es el hombre de la bondad, la libertad y la sinceridad. Acepta las manifestaciones de afecto de aquella mujer. Le dice al fariseo, con delicadeza y firmeza, lo que le tiene que decir, delante de todos. No esperó a decírselo en privado. Y, sobre todo, afirmó que quien se siente justo y ejemplar, ese es el que no tiene capacidad de amor y de bondad. O sea: en la medida en que uno se considera mejor que los demds, en esa misma medida se incapacita para amar. Por eso, aquella mujer, que se veía como la peor de todos, es la que tuvo más amor que nadie.
Para Jesús, la condición, para ser buena persona, no es la auto-estima y confianza en sí mismo, sino la necesidad de cariño de quienes se ven usados, abusados y despreciados.
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