20ª semana durante el año - lunes

Ángelus: no se puede ser cristiano y atentar contra vida del prójimo

San Juan Eudes (1680)
Mt 19 16-22
    La medida de las buenas obras está en su relación con la bondad y la voluntad de Dios. Jesús menciona solo los mandamientos que tienen que ver con el prójimo, los cuales se convierten en obras buenas cuando están marcados por el amor. Hasta aquí llegamos casi todos los cristianos. Cumplimos más o menos los mandamientos. 
   Pero Jesús nos propone dos pasos más para alcanzar la madurez cristiana. El primero, elegir entre el dios dinero o el Dios de Jesús. El papa Francisco dice con razón que “el diablo entra por el bolsillo”. 
   La opción por el Dios de los pobres nos habilita para un segundo paso, el más importante, ser discípulos de Jesús. El joven rico se va entristecido porque, aunque ha escuchado el mensaje de Jesús y cree profundamente en Dios, prefiere poner su confianza en el dinero. 
   Debemos reconocer que, en el mundo de hoy, la idolatría del dinero es una tentación que le hace real competencia a la oferta de Jesús, un discipulado al servicio de los pobres. ¿idólatras o discípulos?  

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