19° semana durante el año - miércoles

 
Maximiliano Kolbe, mártir (1941)
Mt 18 15-20 "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.
Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
      Llama la atención que no sea el que ofende sino el ofendido quien debe tomar la iniciativa en el proceso de perdón y reconciliación. Jesús enseña que en todo conflicto, el ofendido debe mostrar con su actitud, no solo que ha perdonado, sino que promueve la reconciliación comunitaria. El que ofende, también debe reconocer su falta y reconciliar su vida con el prójimo. Si el primer intento falla hay que recurrir a la comunidad. Toda ofensa individual divide y perjudica la familia y la comunidad. En la misma medida, el perdón y la reconciliación la une y la sana. La responsabilidad del perdón es individual pero también comunitaria, hasta el punto que Dios refrenda, lo que la comunidad ate o desate. Si el perdón y la reconciliación son rechazados o disfrazados de “posverdad”, significa que hemos optado, en palabras de Jesús, por vivir como paganos o recaudadores de impuestos. “Paganos” porque con nuestras actitudes mostramos que no hemos conocido al verdadero Dios. “Recaudador de impuestos”, porque conociendo a Dios, somos incapaces de vivir según voluntad.   
 

Comentarios