19º domingo durante el año - ciclo C


Las parábolas de los talentos y del administrador malo tienen idéntica conclusión: hay que andar vigilantes, haciendo buen uso de lo que se nos ha confiado.
Y lo que se nos ha confiado es mucho. Tanto, que a veces no somos del todo conscientes. Nos gusta mucho más lamentarnos de nuestras carencias, que agradecer los dones que poseemos. Hasta que encontramos a alguien que nos hace comprender lo afortunados que somos con lo que tenemos, porque ellos tienen muchísimo menos.
No nos tomamos muy en serio lo de explotar nuestros talentos. Pensamos que es algo que podemos hacer o no, dependiendo de nuestras ganas. Pero parece ser que, a los ojos de Dios, todo lo que se nos ha dado, sin exclusiones, ha sido para que le sacáramos rendimiento. Porque los demás tienen derecho (derecho, no regalitos) a beneficiarse de nuestros talentos. No los tenemos para nuestro exclusivo disfrute personal.

Es una lógica dura; ¿es que ni siquiera puedo decidir qué hago con lo mío? Pero es la lógica del Evangelio.
                          Temas relacionados para la semana:
1. Morir en pecado mortal. Es morir sin haber vivido a tope, como era nuestra obligación; haber estado muertos mientras vivíamos; morir «sin estar preparados». Y ya se sabe que para un cristiano, vivir es vivir con y para los otros.
3. Aspirar a los mejores dones. ¿Cuáles son los talentos que más edifican a la comunidad?
4. Los talentos de los otros. O cómo reconocer, admirar y favorecer las cualidades de los demás. También dentro de nuestra comunidad.
5. ¿Cuándo vendrá el Señor? El Señor viene cada día. Nuestro juicio se celebra cada hora. El final no será muy distinto de los juicios que, a la luz del Evangelio, podemos hacernos cada momento.
6. Cómo ser un «administrador fiel y prudente». Empezando por saber que únicamente somos administradores.

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