Mt 13 18-23 EVANGELIO EN AUDIO
Toda nuestra vida es una parábola en la que Dios está escondido y sin embargo desde ahí nos habla.
Uno puede quedarse en el exterior de las personas o los acontecimientos y ser como esos terrenos donde no se encuentra fruto o bien podemos escuchar a Dios poniéndolo en el centro de nuestras situaciones humanas y entonces podremos claramente descubrir su voluntad y buscar cumplirla con una fe iluminada por la Palabra, una esperanza alentada por la vida con sentido y una caridad inflamada por nuestro compromiso en obras de misericordia.
El Señor nos invita a luchar contra los enemigos que impiden que la semilla, que es el mensaje del reino, de fruto. Los enemigos a combatir son: la sordera ante la Palabra; miedo a la crítica y la oposición al mensaje; un estilo de vida egoísta y una vida infecunda, impía.
Estemos atentos en nuestros pensamientos, palabras y obras para convertirnos día con día en terreno bien dispuesto a recibir con fe esta semilla y dejarnos transformar.
¿Qué clase de terreno eres hoy?
Preparamos la liturgia del 17º domingo durante el año
José
Antonio Pagola: Tres llamadas de Jesús.
Las tres llamadas de Jesús nos invitan a
despertar la confianza en el Padre, pero lo hacen con matices diferentes.
Toda nuestra vida es una parábola en la que Dios está escondido y sin embargo desde ahí nos habla.
Uno puede quedarse en el exterior de las personas o los acontecimientos y ser como esos terrenos donde no se encuentra fruto o bien podemos escuchar a Dios poniéndolo en el centro de nuestras situaciones humanas y entonces podremos claramente descubrir su voluntad y buscar cumplirla con una fe iluminada por la Palabra, una esperanza alentada por la vida con sentido y una caridad inflamada por nuestro compromiso en obras de misericordia.
El Señor nos invita a luchar contra los enemigos que impiden que la semilla, que es el mensaje del reino, de fruto. Los enemigos a combatir son: la sordera ante la Palabra; miedo a la crítica y la oposición al mensaje; un estilo de vida egoísta y una vida infecunda, impía.
Estemos atentos en nuestros pensamientos, palabras y obras para convertirnos día con día en terreno bien dispuesto a recibir con fe esta semilla y dejarnos transformar.
¿Qué clase de terreno eres hoy?
Preparamos la liturgia del 17º domingo durante el año
La oración para un cristiano es de vital importancia, pero hay multitud
de formas distintas de practicarla. Cada cual debe encontrar la suya y repensar
a qué imagen de Dios corresponde. A lo largo de la historia hemos ido
acumulando vicios en nuestra forma de relacionarnos con el Absoluto. Entre
otras muchas, están fuera de lugar aquellas oraciones que tratan a Dios como un
anciano desmemoriado al que recordamos nuestros méritos o pretenden la
mediación de un santo influyente. Podemos acudir a los ejemplos que puso Jesús
para encontrar nuestra personal forma de orar y hacer nuestra la frase del
evangelio de este domingo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a
sus discípulos”.
LECTURAS Y COMENTARIO
José
Luis Sicre: Aprendiendo a rezar. El evangelio recoge
dos cuestiones muy distintas: la oración típica del cristiano, la que distingue
a sus discípulos, y la importancia de ser insistentes.
Florentino Ulibarri: Enséñanos a orar. Enséñanos Señor, a
orar como tú lo hacías, con silencios y palabras, con sentimiento, gestos, y
cantos, con la cabeza y las entrañas, con la vida cotidiana y las esperanzas.
Vicky
Irigaray: Seamos orantes en la acción. La Palabra nos
recuerda el talante, el estilo, la forma y el espíritu que debe de impregnar
nuestra oración.
Anáfora:
La oración. Te
agradecemos que te hayas revelado en Jesús, el mejor guía para llegar hasta Ti;
que vivió en continua relación contigo, oración que tradujo en una intensa vida
de servicio.
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