15º domingo durante el año - ciclo C




Podríamos presentar centenares de parábolas de «buenos samaritanos» que suceden cada día a nuestro alrededor. Afortunadamente, de buenos samaritanos está el mundo lleno. Y, también hoy en día, y no pocas veces, sus protagonistas no tienen nada que ver con la Iglesia o con los que nos declaramos seguidores de Jesús. Jesús sabía elegir bien a los participantes de sus historias. Sabía cómo dar donde más duele… ¡Un «samaritano», nada menos!

Lo más escandaloso es que, tantos siglos después de repetir esta parábola, siga existiendo gente que se comporte como el sacerdote o el levita, no solo ignorando al herido, sino despreciando al samaritano.



LECTURAS Y CATEQUESIS  en audio (Justino)
Temas relacionados para la semana:

1. Samaritanos dentro de la Iglesia. O sea, marginados por la Iglesia oficial; los que no pertenecen a la clase «vip»: mujeres, divorciados, gays, jóvenes, pobres, heréticos…

2. Topografía del sufrimiento. Especializarse en descubrir dónde hay gente herida en nuestras sociedades (también los que se ocultan) y a nuestro alrededor (casa, barrio, ciudad, nación).

3. Primeros auxilios. Métodos de curación para los heridos del cuerpo y del alma actuales. Cómo comunicarnos con ellos; qué aceite y vino utilizar, a qué posada llevarlos, con qué costear su curación…

4. El sacramento del cariño. La religión de la misericordia, el conmoverse las entrañas. Actitudes para despertar e incrementar, mediante documentos episcopales, homilías, acciones, parábolas…

5. Formas piadosas de escurrir el bulto. O la hipocresía de muchas de nuestras acciones caritativas.
6. Jesús como gran provocador de la gente de orden... Dentro y fuera de la Iglesia («El maestro de la Ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús…»).

Comunidades religiosas de Argentina reflexionan al inicio del proceso electoral

Los #TresPuntitos de monseñor Gabriel Mestre para este Domingo 15º Durante el Año (C)

El Evangelio de este Domingo tiene dos partes. La primera tiene que ver con la pregunta sobre el mandamiento principal que nos transmiten Mt, Mc y Lc. La segunda parte es original de Lc y es la que titulamos habitualmente como la parábola del buen samaritano. Propongo tres puntos para la oración y meditación sintetizados en tres palabras: AMOR, CARGO, JESUCRISTO.
  1.  El AMOR es el mandamiento principal para heredar la vida eterna.
    En época de Jesús los preceptos de la ley se habían multiplicado en número muy alto llegando a 613. Pensemos la dificultad que esto suscitaba para poder cumplirlos todos y así heredar la vida eterna. Por eso era lógico que los maestros judíos discutieran con respecto a cuál era el mandamiento principal. Jesús va a invitar al doctor de la ley para que responda. Éste tomará frases del AT (Lev 18,5; 19,18; Deut 6,5) dejando en claro que la clave está en el AMOR a Dios y al prójimo. Jesús diráque respondió con exactitud. La respuesta está en una suerte de equilibrio dinámico en el AMOR a Dios y el AMOR al prójimo como único mandamiento para heredar la vida eterna.
    ¿Me preocupa “heredar la vida eterna”? ¿Cómo estoy viviendo el mandamiento del AMOR? ¿Equilibrio AMOR a Dios y AMOR al prójimo? ¿Algunos de los dos me cuesta o me complica mucho más en este momento? ¿Cuál…? ¿Por qué…? ¿Busco sentirme realmente libre en el equilibrio del AMOR a Dios y al prójimo?

  2.  La misericordia que se hace CARGO expresión concreta del amor
Dentro de la parábola y ante el hombre medio muerto al costado del camino el sacerdote lo ve y pasa de largo, el levita lo ve y sigue su camino, el samaritano lo vio y se conmovió. Literalmente lo ve y se le “revuelven la entrañas”, se estremece de ternura y misericordia. Ver y conmoverse es la misma dupla de verbos que se dan en Jesús ante la viuda de Naím en Lc 7,13; también es la dupla que se da en el padre misericordioso en Lc 15,20 cuándo visualiza al hijo menor que está regresando a la casa. Este ver y conmoverse es la misericordia en su sentido pleno que se hace CARGO del hermano en situación de necesidad. La misericordia es más que un sentimiento. Se compromete de forma muy concreta como hace el samaritano en estas siete acciones que aquí se nos describen. Eso es lo que debemos imitar de esta parábola ejemplar.
¿Busco que el amor al prójimo se exprese en lo concreto? ¿Cómo es mi vivencia del amor en lo cotidiano? Mi amor por los demás: ¿se expresa en este “ver y conmoverse”? ¿O tiendo a pasar de largo… seguir mi camino…? ¿Me “hago CARGO” de la debilidad, miseria o problema del que está cerca mío? ¿Quién o quiénes podrían ser hoy para mí ese “hombre medio muerto al costado del camino”? ¿Busco responder con acciones concretas o me quedo solo en la “emoción” o el “discurso” de lo que habría que hacer?
  1.  JESUCRISTO: el Buen Samaritano.
La tradición de la Iglesia rápidamente ha visto en la figura del Buen Samaritano al mismo JESUCRISTO que por amor y misericordia viene a rescatar a la humanidad de la miseria del pecado y todas sus consecuencias. Es por eso que la liturgia nos regala el hermoso Prefacio común VIII (himno oración de la Liturgia de la Misa antes del canto del Santo) donde se nos invita a contemplar a JESÚS el Buen Samaritano que sale al encuentro de todo ser humano sufriente. En vez de utilizar las tradicionales preguntas, oremos con este bello texto litúrgico:

 

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