Hoy estamos amenazados como nunca por la codicia.
El capital financiero está acumulado de una manera escandalosa, causando estragos: muerte de inocentes, éxodo de refugiados y migrantes que mueren en mares y desiertos.
Jesús nos invita a acumular bienes del cielo. Esos bienes del cielo son las bienaventuranzas. Tener corazón de pobre, acumular misericordia, amontonar prácticas para constituirnos en defensores de la justicia, acumular compasión, almacenar herramientas para construir la paz, inundar el corazón de limpieza interior sin corrupción.
Aquí está permitido acumular. Esos son los bienes del cielo. No hay nada que los destruya. No hay ladrones que los puedan asaltar. Esa acumulación se convierte en reparto de vida, son bienes que se entregan en favor de los sufrientes de la historia.
Cuando más se entregan más crecen y esa acumulación del cielo genera un mundo según el corazón de Dios
Preparamos la celebración del domingo: CORPUS CHRISTI
LECTURAS Y COMENTARIO (Justino)
José
Luis Sicre: Jesús alimenta, la comunidad
recuerda. Si la lectura de Melquisedec en el Génesis ha
sido considerada el primer anuncio de la Eucaristía, la multiplicación de los
panes es el segundo. Jesús realiza los gestos típicos de la eucaristía: alza la mirada al
cielo, bendice los panes, los parte y los reparte. Al final, las sobras se
recogen en doce cestos.
Fray
Marcos: Es más cómodo adorar a Jesús que imitarle en la entrega. Celebrar la
eucaristía es recordar lo que fue Jesús para serlo nosotros.
José
Antonio Pagola: En medio de la crisis.
Muchas personas siguen sufriendo de muchas
maneras crisis económica. No nos hemos de engañar. No podemos mirar a otro
lado.
Florentino
Ulibarri: Construyendo utopía. Llegará un día en que seremos todo para todos; y no
habrá murallas, ni dobles contabilidades, porque el mundo será la casa de todos
y nos sentiremos felices viviendo libres, como hermanos e iguales...
Vicky
Irigaray: Corpus Christi. Padre bueno, no permitas que nos desentendamos del
hambre que hay en el mundo diciendo que sólo tenemos para nosotros y
recuérdanos que compartir hace crecer nuestras posibilidades.
Anáfora:
Pan eucarístico. Te pedimos, Padre santo, que la fuerza de tu
Espíritu consagre este pan y este vino, para que no solo sean alimentos del
cuerpo, sino que alimenten y hagan crecer nuestra vida interior, la verdadera
vida.
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