Homilía de monseñor Mestre en el Te Deum del 25 de mayo
Jn 15,16 a 16,4 EVANGELIO EN AUDIO
El desenlace del capítulo 15 del evangelio de Juan no puede ser más coherente con el sentido teológico de la totalidad de dicho evangelio.
Jesús advierte a la comunidad discipular de las consecuencias y peligros resultantes de la fidelidad a lo esencial: la relación de alianza con Dios como acontecimiento de humanización integral.
Desde esta perspectiva, la comunidad no se humaniza salvándose «del» mundo y alejándome de las tribulaciones y conflictos, sino que humaniza «en» el mundo, dando testimonio del amor de Dios en medio de la gente, sus angustias y esperanzas; sembrando en el Espíritu, es decir, dejando de ver al otro con odio y desprecio, sino asumiéndolo como hermano, aún en medio de la violencia, las persecuciones y conflictos generados por el anuncio de la buena nueva.
Caemos en la cuenta de las exigencias de este pasaje: ¿Actúas según las inspiraciones del Espíritu, o según el modus operandi de la violencia fratricida? ¿Creemos en el principio de la compasión fraterna por encima de nuestros prejuicios morales, opciones políticas y creencias religiosas?
1. Jesús Ilega aqui al límite. Asegura que, a los testigos del Evangelio, los excomulgarán de las sinagogas. Esos testigos de Jesús tendrán que pasar por la dura vergüenza de verse expulsados de los centros propios de la religión. Y, lo que es mas inconcebible, llegará el día en que a los testigos de Jesús se les matará, "pensando que asi es como se le da culto a Dios" (dokse latreian prospherein CO Thee)). Es, literalmente, la ofrenda cultual a Dios, convertida en "culto asesino".
El dia del Corpus de 1534, el emperador Francisco I, presidió Ia procesión del Santísimo por las calles de París; y con su propia mano fue prendiendo fuego a 25 hogueras en las que ardieron 25 herejes, para honrar así a su Divina Majestad. Semejante perversión brutal, se da a diario en pequeñas cosas cotidianas, con mas frecuencia de lo que imaginamos.
2. La pregunta que hay que hacerse, delante de Dios, es cómo se explica que el culto a Ia divinidad se pueda convertir en un culto asesino contra la humanidad. Esta perversión puede llegar a matar. Y ha Ilegado -y sigue Ilegando- a eso. Pero no hay que ir tan lejos. Con frecuencia, en ambientes religiosos se cometen continuas agresiones contra las personas precisamente en nombre de Dios, con Ia presunta autoridad que viene de Dios, y para honrar a Dios.Nuestros intereses humanos, se camuflan bajo apariencia de una pretendida o presunta condición divina, para justificar lo que no nos atrevemos a reconocer en su auténtica realidad.
3. Estas conductas camufladas son las que provocan que mucha gente se sienta insegura en su fe, en su religiosidad o en su espiritualidad. Para eso necesitamos el "Parakletos", un término, que el evangelio de Juan utiliza para designar al Espíritu de Dios (14, 26; cf. 14, 16; 15, 26; 16, 7-11). Y que significa el "defensor", el "abogado': El Espíritu no viene a este mundo para elegir papas, designar cardenales, iluminar conductas turbias, etc. Nada de eso. El Espiritu viene al mundo como defensor de los que buscan a Dios. Para defenderlos de los engaños que el hecho religioso, en si y por su propia condición, nos inocula, como si se tratase de un virus que pervierte nuestras conductas, sin que nos demos cuenta de las barbaridades que hacemos "en nombre de Dios".
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