Comunión solemne 2019 |
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Jn 6 22-29 EVANGELIO EN AUDIO
La dinámica del texto de hoy es la búsqueda y el reencuentro. Los discípulos encuentran a Jesús, inesperadamente, al otro lado del mar y le preguntan: Maestro, ¿cuándo llegaste acá? El énfasis de la pregunta quizá hubiera sido por el cómo, pero el cuándo actualiza la travesía de la noche previa. Hay algo en Jesús que les atrae, pero no saben aún por qué lo buscan ni para qué. En respuesta, Jesús descubre el verdadero motivo de la búsqueda: haberse hartado de pan la víspera y no por haber descifrado las señales. Sus palabras apuntan a lo esencial: “trabajen por el alimento perdurable” Para la comunidad creyente, el pan material (territorio, procesos, alimentos) es importante para la sostenibilidad de la vida, pero el ser humano necesita algo más. La obra que Dios quiere es esta: «que crean en el que Él ha enviado»; y creer significa encarnarlo a Él.
¿Estamos dispuestos a pasar de una religión de “creencias” y de “prácticas” a vivir como comunidades trascendentes: humanizando todas las relaciones al estilo del Maestro?
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Lo que más preocupa al común de los mortales, sobre todo a la gente más necesitada, es el pan de cada día. Y sabemos que el pan simboliza el hecho de satisfacer las necesidades más elementales y más apremiantes del ser humano. Los animales se contentan con llenar cada día el estómago. Para los humanos, la comida no es solo una necesidad biológica. Es, además y sobre todo, el símbolo que comparte la vida. Eso representa lo que llamamos la "comensalia". Se comprende la búsqueda que aquellas gentes emprendieron para encontrar a Jesús.Hoy, eso se verifica en la angustia de tantos millones de criaturas humanas condenadas a carecer de lo más elemental. Y, muchos de ellos, condenados a una muerte cercana. Estamos hablando de más de mil millones de seres humanos que carecen de alimentación. Y sobre todo de derechos. Solos de todo en la vida.
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Y sin embargo -es esto sorprendente, a primera vista-, Jesús les dijo a aquellos pobres galileos, y nos dice a nosotros ahora, que hay algo más apremiante que tener pan para un día, para un tiempo... ¿Puede haber algo más urgente que eso? Jesús afirma que es más importante "creer en él". Es decir, más necesaria es la fe que el pan. Esto no nos entra en la cabeza porque tenemos una idea trastornada de lo que es la fe en Jesús.Tal como la presentan los evangelios, la fe salva. Pero salva, ¿de qué? ¿Para qué? No es una cuestión primordialmente "religiosa". Es la respuesta total a la limitación "humana". Jesús les decía a los enfermos "Tu fe te ha salvado", Es decir, la fe da vida, alivia penas y dolores, soledades y desamparos, da fuerzas para superar toda clase de dificultades. Y, sobre todo, la fe en Jesús une a las personas, nos funde a todos en uno, mediante la fusión de nuestros mejores sentimientos. O la fe es eso. O la fe es un cuento que no sirve para nada de lo que verdaderamente interesa y preocupa a todo ser humano.
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Pues sí la fe es eso y actúa así en la vida, ¿no es cierto que lo que más necesitamos todos es esa fe, esa fuerza, esa vida, esa forma de entender y de poner en práctica otra manera de organizar y gestionar nuestra convivencia?
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