Christus Vivit: “No más Pastores de oficinas, sólo Pastores con olor a oveja”
Jn 8, 21-30 EVANGELIO EN AUDIO
Jesús revela su identidad y al mismo tiempo la de su Padre Dios. Jesús es la revelación verdadera y definitiva de Dios, pero ni eso le exime de ser repudiado y condenado a muerte por sus propios hermanos de raza y religión. Precisamente será en la cruz, en el lugar más ignominioso, en el que él se revelará definitivamente como el “Yo-Soy”. Jesús es el “Yo-Soy”, él es el que está unido íntimamente al Padre Dios. Jesús toma el papel de Dios. Queda manifestada definitivamente la divinidad del Hijo. Cada vez que queramos llegar al Padre, tenemos que hacerlo por su medio. Jesús, con la manera amorosa y misericordiosa de vivir, terminará derrotando toda fuerza maligna que se enseñorea en la historia. Con la Cruz de Jesús tiene que quedar una cosa clara para todos los cristianos: el mundo cambiará no por grandes proyectos, sino por la debilidad de un crucificado. No será la fuerza, sino el amor lo que transforme la historia humana.
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Esta reflexión, que el IV evangelio pone en boca de Jesús, es una reflexión teológica que explica y profundiza los textos del mismo evangelio de Juan en los que se afirma que Jesús es la revelación de Dios. En otras palabras, lo que aquí se afirma es que en Jesús, en su persona y su forma de vida, en su conducta y en su enseñanza, es donde y en quien se nos da a conocer Dios mismo. Esto es lo que contienen textos tan fundamentales como en realidad son Jn 1,18 y 14,8-11.
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¿Qué significa todo esto? El problema que aquí se plantea y al que este evangelio pretende dar respuesta, se centra en esto. Conocer a Dios y hablar de Dios, ha sido siempre un asunto extremadamente complicado y difícil de aclarar. Porque Dios es, por definición, el Trascendente. Es decir, Dios no está a nuestro alcance, ni a nosotros nos es posible entenderlo, saber quién es y cómo es, conocer lo que piensa y lo que quiere. ¿Dónde, cómo y en quién nos enteramos de todo eso? En la revelación de Dios, que es Jesús. El hombre Jesús de Nazaret. En su vida, sus costumbres, sus preferencias..., ahí y en eso es donde se nos revela Dios.
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Por eso, Jesús dijo: "yo soy de allá arriba"... "yo no soy de este mundo"... "el que me envió es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él". A lo que el mismo Jesús añade la afirmación más honda y fuerte: "Cuando levanten al Hijo del Hombre sabrán que yo soy". Jesús fue "levantado" por los judíos cuando fue crucificado (cf. Jn 3,14). Y fue entonces, en el hundimiento total de su fracaso, dónde, cuándo y cómo Dios -el Dios de Jesús- se dio a conocer. La expresión "yo soy"es la definición que Dios da de sí mismo en Ex 3,14. Que no es una definición ontológica (G. Von Rad), el "ser" de Dios, sino que es una definición histórica, cómo "actúa" Dios (B. Welte). Dios actúa fracasando en la cruz. Y así, como Yahvé con Israel, libera a las víctimas de la esclavitud.
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