5ª semana de cuaresma - jueves

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Jn 8 51-59 EVANGELIO EN AUDIO
    La manera de ser y de hablar de Jesús generaba irritación en la gente de su tiempo. Muchos acomodados a viejas tradiciones, no podían recibir con gozo y alegría la frescura de la Buena Noticia.
    La gente se armaba con piedras para acabar con Jesús, la novedad que él proponía no la podían entender, a dicha novedad la enfrentan con violencia. 

    Jesús se manifiesta con una autoridad tremenda: “quien cumpla mi palabra no sufrirá jamás la muerte” Al hablar así Jesús se manifiesta como la revelación autorizada de Dios.
    Él es Dios y habla con la autoridad divina que tiene. Eso molesta a la gente. Eso irrita a las autoridades religiosas del judaísmo.
    Jesús se revela como el “YO SOY” por eso se atreve a decirles a los judíos que él es anterior a Abraham.
    Reconocer a Jesús como el Señor es una de las cosas que tenemos que pedirle al Espíritu de Dios que nos regale en esta cuaresma. Mientras no reconozcamos a Jesús como el Señor, los cambios en nuestra vida no serán profundos. 
 

  1. Este relato nos describe uno de los numerosos enfrentamientos de Jesús con los dirigentes religiosos del templo. En este caso, el enfrentamiento fue tan fuerte, que faltó poco para que aquello terminara en un linchamiento mortal. El episodio termina diciendo que los judíos agarraron ya las piedras que necesitaban para matar a Jesús mediante la lapidación. Jesús se salvó en aquella ocasión porque se escondió y salió vivo casi de milagro. ¿Por qué se produjeron estos continuos enfrentamientos entre Jesús y los responsables de la religión?
  2. Esta pregunta es capital. Para responderla como se debe, hay que tener en cuenta que, desde la más remota antigüedad, las religiones se han situado preferentemente entre las clases dominantes y los representantes del poder (W. Burkert). No es extraño, pues, que toda religión es generalmente aceptada como un sistema de rangos, que implica dependencia, sumisión y subordinación a superiores invisibles (H. Steible, M. J. Seux, C. G. Griffiths). De ahí, los "rituales de sumisión"que son tan evidentes en las prácticas religiosas: inclinarse, arrodillarse, bajar la voz, tirarse al suelo... (I. Eibl-Eibesfeld). Por eso, la virtud primera que exigen las religiones es la obediencia y ser"humilde" ("humilis"), cercano al suelo.
  3. Todo esto se traduce en la prepotencia y el dominio de los dirigentes (sacerdotes, rabinos, imanes...). Que siempre han sido agentes de dominación y, con frecuencia, productores de violencia.
    Si ellos representan al Poder Absoluto, no toleran al que les cuestione o modifique su status y sus poderes. Por eso, en la vida de Jesús, el conflicto estalló en cuanto el mismo Jesús se puso a decir que Dios no era como los jerarcas decían (y necesitaban). Dar a entender que Dios estaba en Jesús, era afirmar que Dios está en la vida, en la convivencia con los pobres, marginados, la gente sencilla, los que sufren... Esto es lo que las autoridades del templo no soportaron.

    2018.09.19 Padre Maccalli Niger
    P. Maccalli sigue secuestrado. Su hermano agradece a quien pide a Dios su liberación



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