Primer domingo de cuaresma ciclo C

La tentación de la Iglesia (y la nuestra, como «eclesiales») es poner nuestra confianza en lo multitudinario, en la aclamación o en el número (y sus dineros). Pero eso nunca ha sido ni será esencial para Jesús. Antiguamente, también los reinos se convertían en masa al catolicismo y los indios de América eran «evangelizados». La cantidad suele estar reñida con la caridad, que es lo verdaderamente importante. El culto al líder, el millón de asistentes o la papolatría, siguen siendo aún tentaciones muy habituales.

LECTURAS Y COMENTARIO (Justino)

      El evangelio de Lucas, nos pone a Jesús en paralelo con el pueblo de Israel. En las mismas circunstancias en las que el pueblo fue infiel, Jesús sale adelante; y para resaltar el paralelo entre ambas situaciones, el evangelista recurre al desierto y a citas del Deuteronomio. Allí donde Israel cayó, allí Jesús sale adelante. Más que un acontecimiento es una plataforma, un programa: unidos a Jesús nada tenemos que temer, sólo el amor cuenta. Deberíamos aprovechar la Cuaresma para revisar cuántos desencuentros, cuántas infidelidades, cuántas injusticias... Pero, al revisarlas, corregirlas; es que la Cuaresma es tiempo de conversión, y conversión significa caminar, camino de vuelta al Padre.
     Mientras el pueblo de Israel, en la tentación, no fue fiel y cedió, ahora nos encontramos a Jesús en la misma situación, en la misma tentación. ¡Y triunfa! Jesús aparece en el Evangelio de hoy como el que vence la tentación. Porque es posible vencerla.
     Muchas voces, de dentro y de fuera buscan separarnos de Dios, de sus proyectos, de sus caminos. Pero hay una voz más fuerte, más firme, que puede vencer esas otras voces si disponemos el corazón para escucharla. Hace falta tener un oído muy fino, un silencio atento, un corazón dócil.
     El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 9, titulado «Bajo el sol del desierto», de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. LÓPEZ VIGIL. En su página (https://radialistas.net/9-bajo-el-sol-del-desierto/) puede recogerse el audio, así como el guión, con un comentario excelente de los autores.

PRIMERA SEMANA DE CUARESMA 2.ª LECCIÓN: EL NÚCLEO DE NUESTRO MENSAJE. SABER IR AL FONDO, DISTINGUIR LO IMPORTANTE DE LO SUPERFLUO.

En la intimidad de la Cuaresma, Jesús sigue dándonos su peculiar «cursillo de catequesis» a quienes, hoy en día, queremos ser discípulos suyos.
Ahora nos previene de la hojarasca, de las tentaciones del «solo pan / solo gloria / solo religión» (DOMINGO: Tentaciones), para que nos centremos en lo esencial: el hermano más humilde (LUNES: «Conmigo lo hicieron»); en perdonar (MARTES: «Si no, no seremos perdonados»); en hacer el bien (JUEVES: «Esta es la ley y los profetas»); en ser buenos del todo (SÁBADO: «Sean perfectos como su Padre celestial»). Esas son las señales esenciales que tenemos que mostrar a esta generación que, como toda generación, pide algún signo (MIÉRCOLES), sabiendo, por lo demás, que lo que hagamos en la tierra será lo que nos llevemos al cielo (VIERNES: «Lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo»).

Esta semana Jesús nos anima a sintetizar, a entender el núcleo de lo que vamos a transmitir a nuestros contemporáneos. Saber lo que es esencial y lo que es secundario es importantísimo.

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