Martes 5 de marzo

EVANGELIO EN AUDIO (mp3)

      1. Esta intervención de Pedro y la respuesta de Jesus indlcan claramente que los dlscipulos, efectivamente, siguieron a Jesús. Aquellos hombres lo dejaron todo y se fueron a compartir su forma de vida y las consecuencias que de aquella vida se seguían. Es verdad que los discipulos nunca llegaron a fiarse plenamente de Jesus y a creer en El.
     En los evangelios aparecen reproches frecuentes de Jesús a los discipulos por su falta de fe o por su poca fe. Por tanto, es compatible la falta de fe (o las dudas e inseguridades de la fe) con el segulmiento de Jesús. Esta es la primera leccion que se deduce de este relato.
     2. Pero en la respuesta de Jesús a Pedro hay algo mas que en la respuesta que el mismo Jesús le dio al joven rico. En el episodio del joven, Jesús solo le exige la renuncia al dinero. Aqui, Jesús pide el despojo total. Es decir, despojarse de todo lo que nos puede dar seguridades. ¿Por qué? Muy sencillo: el desprendimlento de tada seguridad es lo que hace posible en nosotros la libertad. Mientras se tenga "dlnero" o "familia" (o los equlvalentes: una "institución sólida y segura"o algo equivalente...), se siente la estabilidad y la seguridad de que no me va a faltar en la vida, al menos, lo fundamental. Pero ocurre que, mientras disponemos de seguridades a las que agarrarnos, estamos condicionados, limitados, atados. Y, por tanto, nos pondremos (sin darnos cuenta) constantes censuras, a la hora de hacer o decir, ante la sociedad o ante los poderes públicos y prívados que nos pueden condicionar.
     3. Es notable que, en la respuesta de Jesús, se advierte un elocuente paralelismo entre la expresión de Jesús"por mi y por la buena nueva"(Mc 10, 29) y la segunda enumeración en donde habla de "persecuciones" (Mc 10, 30). Para Jesús, seguirle a E1 y al Evangelio lleva consigo persecuciones. La razon de este paralelismo es muy clara: el sistema no soporta hombres libres. Porque la libertad es un peligro y muchos ven a las personas libres como una amenaza. De ahi, las persecuciones. Lo cual qulere decir que donde no hay persecuciones no hay seguimiento de Jesús.

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