Nos encontramos hoy, en el relato lucano, con la segunda
parte de lo que se denomina el discurso del llano. En el cual Jesús presenta la
forma de ser de Dios como el camino que él invita a los discípulos a entrar.
Jesús llama a la compasión, así como el Padre es compasivo, la invitación es a
ser compasivo, de forma efectiva. Una persona que se abra, de manera total y
comprometida al amor se vuelve generosa al Dios que Jesús reveló. Es urgente y
además necesario que todo hombre y mujer que crea en Jesús asuma en su propia
vida, la manera de ser de Dios. Es el amor que ofrecemos a los demás, la manera
de ser y de relacionarnos con los otros, lo que en definitiva fabrica la medida
con la que seremos medidos en la historia. El amor, la bondad, la ternura, la
generosidad, el perdón, hacen posible que la humanidad florezca en medio de la
historia. Que este tiempo de cuaresma nos haga personas compasivas, como lo es
el Padre Dios.
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