Jueves después de ceniza

El «estilo» de Jesús está hecho de cosas esenciales: no tener, sino ser; no fingir, no mentir, no dar importancia a lo que, a ojos de Dios, no la tiene (el rey desnudo y todo eso). No podemos perder el alma por cualquier cosa, teniendo en cuenta que se nos ha dado una vida que, en sí misma, ya es el don más maravilloso. En la adquisición de este estilo tenemos que trabajar mucho los discípulos de Jesús, porque todo nos incita a querer ganar el mundo, a pesar de que Jesús nos dice que la vida es más importante.

Boletín "Camino de vida" nº 554

Lc.9 22-25 EVANGELIO EN AUDIO  (mp3)

    La experiencia cristiana, a lo largo de los años, se fue mezclando con la realidad cultural y social imperante, hasta el punto que muchas veces no se comprendió que la exigencia inherente al seguimiento de Jesús tuviera algo de diferente y de alternativo a la lógica propia del mundo. Jesús, en el relato evangélico de hoy, deja claro que el vivir según el corazón de Dios y en fidelidad al proyecto mayor que el mismo Dios quiere para la humanidad acarrea grandes problemas y dificultades.
    La Vida del cristiano no es una vida de rosas y de glorias. Antes por el contrario la vida del seguimiento de Jesús, de la adhesión total a su obra y el vivir la propuesta humanizadora planteada por el Maestro de Nazaret acarrea consecuencias duras y complejas.
    La invitación concreta de Jesús para sus discípulos es seguirle a él, pero negándonos a nosotros mismos. Esta negación no es anulación de la humanidad, sino el sometimiento total de nuestra capacidad acaparadora y egoísta que llena la historia de violencia y muerte.

El Papa reclama "más políticos católicos" para América Latina

    Necesitamos "más políticos católicos" en América Latina, pero con compromiso. Ése ha sido el principal mensaje del Papa Francisco a los miembros de la Academia de Líderes Católicos reunidos en Roma. "Ser católico comprometido en la política no significa ser un recluta de algún grupo, organización o partido, sino vivir dentro de una amistad, dentro de una comunidad”, subrayó el Pontífice durante la audiencia.
La petición no es baladí: a lo largo de 2019, al menos seis países latinoamericanos (Argentina,Uruguay, Bolivia, Panamá, Guatemala y El Salvador) celebrarán elecciones presidenciales, sin dejar de lado la difícil situación en Venezuela.

Alternativas críticas y constructivas

Así, Francisco ha defendido una "nueva presencia de católicos en política" que no solo implica "nuevos rostros en las campañas electorales" sino, principalmente, nuevos métodos que permitan forjar "alternativas que simultáneamente sean críticas y constructivas".
Para Bergoglio, es importante que los líderes católicos del futuro se formen en Doctrina social de la Iglesia para no correr el riesgo de lanzarse "un poco a solas" a los desafíos del poder, de las estrategias, de la acción, y terminar "en el mejor de los casos con un buen puesto político, pero solo, triste y manipulado".


Citanto a San Romero de América, el Papa ha lamentado las "falsas respuestas de tipo ideológico" que enredan la situación política, subrayando que "la Iglesia no se puede identificar con ninguna organización, ni siquiera con aquellas que se califiquen y se sientan cristianas".

Un cambio de época

El Papa ha concluido afirmando que América Latina está viviendo un verdadero "cambio de época" que exige renovar lenguajes, símbolos y métodos, no solo mejorando "alguna estrategia de marketing" sino a siguiendo el método que el Dios escogió: "la Encarnación".


"Si continuamos haciendo lo mismo que se hacía algunas décadas atrás, volveremos a recaer en los problemas que necesitamos superar en el terreno social y político", ha avisado. "Con gran creatividad y libertad busquen las más variadas formas para ser pertinentes al momento de dar testimonio de la fe en la vida social y política de América Latina", ha invitado a los jóvenes presentes.
"Alternativas flexibles, pero con clara identidad social cristiana. Para ello, es preciso valorar de un modo nuevo a nuestro pueblo y a los movimientos populares que expresan su vitalidad, su historia y sus luchas más auténticas. Hacer política inspirada en el evangelio desde el pueblo en movimiento puede convertirse en una manera potente de sanear nuestras frágiles democracias y de abrir el espacio para reinventar nuevas instancias representativas de origen popular"

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