CUARTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (3-9 DE FEBRERO): QUÉ PODEMOS ESPERARNOS SI SEGUIMOS A JESÚS
Considerados durante el Adviento los presupuestos de nuestra fe, y meditados durante el mes de enero los principios de nuestra actuación como cristianos, ahora nos preguntamos: ¿qué puede esperarse alguien que quiere ser continuador del mensaje de Jesús en el mundo actual?
Mucha incomprensión e, incluso, persecución: por parte de aquellos que hoy siguen creyéndose los elegidos (DOMINGO: los de la sinagoga); de la gente cuyos intereses son puramente materialistas (LUNES: «¡No toque nuestros cerdos!»); de la gente indiferente y rutinaria (MARTES: la mayoría, tradicionales como las plañideras); e incluso de los propios parientes y vecinos (MIÉRCOLES: «No desprecian a un profeta más que en su tierra») y de la sociedad en general, que no tiene interés en recibirnos (JUEVES: «Si un lugar no os recibe»). Por no mencionar, claro está, a aquellos poderosos con nombres y apellidos, cuyos intereses cuestionaremos directamente (VIERNES: como Herodes).
Por eso, para compensar estos desencuentros, se hace tan necesario pasar largos ratos, a solas, con Jesús, en un sitio tranquilo (SÁBADO: «Vengan ustedes a un lugar desierto»). Cosa que podremos hacer en la ya próxima Cuaresma.
LECTURAS Y COMENTARIO EN AUDIO (mp3)
Jeremías 1, 4-5. 17-19 El texto de Jeremías tiene dos partes, la primera
(vv. 4-5) se refiere a su vocación, y la segunda (vv. 17-19) a su envío
profético. El llamado de Jeremías está marcado desde el inicio por la palabra:
“me llegó una palabra de Yahvé”. El profeta es llamado por la palabra para ser
palabra de Dios en medio de su pueblo. La palabra lo conoce desde antes de su
nacimiento, lo que significa una intimidad profunda de Dios con el profeta. La
palabra lo consagra, es decir, Dios se lo reserva para sí, desde antes de nacer.
Conocer y consagrar son el marco para la misión de Jeremías: ser profeta de las
naciones.
A partir del v. 17 Jeremías se convierte en palabra de
Dios ambulante. Debe decir en público lo que Dios le mande. Pero decir la verdad
siempre ha sido problemático y peligroso porque se tocan los intereses de muchas
personas y de las estructuras sociales. Por esto Dios se anticipa a decirle que
no tenga miedo de afrontar su misión. El temor no es ajeno a la vocación
profética; lo importante es no abandonar la vocación porque entonces sería Dios
el que podría asustarnos, es decir, dejar de llamarnos, de elegirnos y de
consagrarnos, dejar de confiar en nosotros, y ¿qué susto peor puede recibir un
profeta?
La promesa de Dios no plantea su intervención para salvar
al profeta en tiempos difíciles, sino que a él, personalmente, lo fortalecerá
internamente como un “pilar de hierro”, y externamente lo consolidará como una
“muralla de bronce”. La palabra será su fuerza en su lucha contra las
autoridades (reyes, ministros, sacerdotes y propietarios), que han olvidado la
alianza de Yahvé, oprimiendo y marginando a su propio pueblo. La fortaleza
también la encuentra el profeta en la obediencia a la palabra que recibe y
anuncia. Esto le asegura la compañía permanente de Yahvé.
Este bello canto al amor, tiene como contexto la
discusión de los corintios en torno a los carismas. 1Corintios 12, 31-13, 13 Con el texto de hoy, Pablo
afirma categóricamente que el único “carisma” absoluto es el del amor. El amor
al que se refiere el autor no es el amor helenista (eros), sino el amor
cristiano (ágape), que es un amor que se recibe, se entrega, se sirve y hasta da
la vida por los hermanos. Sin amor, no tiene sentido ni el mejor de los
carismas; sin amor, la palabra profética queda en el vacío, sin amor el amor de
Dios pasa de largo en nuestras vidas.
Podemos dividir el canto en tres partes. En la primera (vv.
1-3) se enumera una serie de carismas que no son nada si falta el amor. En la
segunda (vv. 4-7) se enumeran quince características del amor cristiano; siete
se plantean de forma positiva y ocho de forma negativa. En la tercera parte (vv.
8-13) Pablo termina su canto reafirmando la eternidad del amor. El amor, que
puede cambiarlo todo, es el único que no cambiará, que será el mismo
eternamente. Entre la fe, la esperanza y el amor, este último es el mayor,
quedando clara, para los corintios y para los cristianos de todos los tiempos,
la superioridad del amor sobre cualquier otro carisma.
Lucas 4, 21-30 El domingo pasado, después de la lectura que hizo Jesús
del profeta Isaías, el evangelio terminaba diciendo que “todos los presentes
tenían fijos los ojos en él...”. El evangelio de hoy continúa la escena,
que –recordemos– se desarrolla en la sinagoga de Nazaret. Jesús dice que en él
se cumplen las palabras de Isaías, es decir, que es «el ungido» (Mesías) para
anunciar la Buena Noticia a los pobres y oprimidos... y el «año de gracia» del
Señor.
Los vv. 22-30 los podemos dividir así: v. 22: la reacción
de la gente; vv. 23-27: la respuesta de Jesús; vv. 28-29: indignación e intentos
de matar a Jesús por parte de los nazarenos; vv. 30: Jesús continúa su camino.
Es interesante constatar el contraste entre la reacción
de la gente en el v. 22 y la de los versículos 28-29. Inicialmente los de su
pueblo aprobaban, y se admiraban de su paisano, pero no alcanzaban a ver en
Jesús la gracia de Dios que salía de sus labios, ni al profeta anunciado por
Isaías, sino simplemente al Jesús hijo de José. Jesús percibe que sus paisanos
no están interesados en sus palabras sino en sus hechos, les interesa ante todo
un espectáculo milagrero, que cure los enfermos del pueblo y basta. Jesús les
responde con otro refrán: “ningún profeta es bien recibido en su patria”,
dejando claro que en Nazaret no hará ningún milagro.
Entre los vv. 25-27 Jesús acude al AT para explicar su
situación. El verdadero profeta no se deja acaparar ni mucho menos presionar
para satisfacer a un auditorio interesado sólo por el espectáculo o por
intereses individuales, aunque sean los de sus familiares o su propio pueblo. El
profeta es libre y se debe a la palabra de Dios. La historia de Elías y Eliseo
recuerda a los nazarenos cómo éstos tuvieron que irse a tierra de paganos porque
su propio pueblo no quería escucharlos. La característica de la mujer de Sarepta
es su confianza en Dios, confiando su vida y la de su propio hijo en un extraño
como Elías; y característico del sirio Naamán es que depone su orgullo y
soberbia nacionalistas ante las palabras de Eliseo.
La misma Iglesia reconocerá
en este texto su misión de anunciar la Buena Noticia a los más alejados, es
decir, que la Palabra echa sus primeras raíces en las personas y en las
familias, pero ése no es su destino final; tiene que ser una palabra que busque
siempre el camino de los más alejados y necesitados.
Las palabras finales de Jesús enfurecen a los presentes e
intentan arrojar a Jesús por un barranco en las afueras del pueblo. Es curioso
cómo los pobres de Nazaret, sujetos preferenciales del Anuncio de la Buena
Nueva, desprecian la palabra presente en su tierra. Pero la palabra no puede
morir, y Jesús continúa su camino misionero al servicio de los pobres,
marginados y excluidos, con una palabra de vida, aunque amenazada siempre de
muerte por quienes hacen de su vida una mala noticia de egoísmo.
- El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 23 de
la serie «Un tal Jesús», de los hnos. LÓPEZ VIGIL. El audio, el guión y su
comentario pueden ser tomados de aquí:
https://radialistas.net/23-un-profeta-en-su-casa/
Para la revisión de vida
La cruz, en su forma de rechazo de los demás, de conflicto con los otros, sobre todo con el poder... a todos nos asusta y nos acobarda... ¿Siento que por temor al conflicto, al qué dirán, al rechazo de los bien-pensantes, a las posibles represalias de los poderosos o de la sociedad o de la institución... he dejado de comprometerme con la lucha por la justicia y la transformación de la sociedad? ¿Me he mantenido al margen de ciertos temas para no perturbar la comodidad o la "paz" de mi vida? ¿Tengo miedo a la opción por los pobres... para no complicarme la vida?
Para la reunión de grupo
- La cruz de Jesús el rechazo que él sufre, no es una cruz cualquiera... ¿Cómo podríamos caracterizarla?: ¿Quiénes rechazan a Jesús? ¿Por qué? ¿Por qué tipo de intereses?
- Jon Sobrino suele decir que los mártires latinoamericanos de las últimas décadas son "jesuánicos", en cuanto que su persecución y su muerte tienen una gran semejanza con las de Jesús: por la misma causa, y por la misma Causa, la Causa de Jesús (el Reinado de Dios, este mismo mundo pero introducido en el orden de la voluntad de Dios... bajo los mismos perseguidores... Cuidado, porque otros mártires murieron por causa de Cristo Rey... que no es lo mismo necesariamente. Comentar.
- -¿Qué tipos de personas seguidoras de Jesús están padeciendo hoy día la persecución y el rechazo como Jesús?
Para la oración de los fieles
- Para que los cristianos asuman con alegría y entusiasmo la Causa de Jesús como su propia Causa y misión, roguemos al Señor...
- Para que los cristianos que ejercen cargos públicos sean realmente honestos e insobornables, dando al mundo el testimonio de que le mundo puede ser cambiado con el espíritu de las bienaventuranzas...
- Para que todos seamos coherentes con nuestros principios y nuestra vocación, sin temor a las presiones sociales, al qué dirán, o a vernos señalados...
- Para que también "hoy" hagamos nuestra la misión de Jesús y hagamos así que también “se cumpla hoy la Escritura”...
- Por todas las religiones de la tierra, para que convivan en fraternidad, dialogando con gestos concretos a la búsqueda del rostro del Dios único...
Oración comunitaria
- Dios, Padre-Madre, que en Jesús nos has dado un ejemplo de coherencia y entrega a la verdad sin miedo a las represalias, al conflicto, a la Cruz. Ayúdanos a ser, como Él, coherentes con nuestra misión de anunciar la Buena Noticia a los pobres y servir a la Verdad, con valor y coherencia, sin amedrentarnos ni retroceder al experimentar el rechazo y la cruz que también Él experimentó. Nosotros te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Por los siglos de los siglos.
La cruz, en su forma de rechazo de los demás, de conflicto con los otros, sobre todo con el poder... a todos nos asusta y nos acobarda... ¿Siento que por temor al conflicto, al qué dirán, al rechazo de los bien-pensantes, a las posibles represalias de los poderosos o de la sociedad o de la institución... he dejado de comprometerme con la lucha por la justicia y la transformación de la sociedad? ¿Me he mantenido al margen de ciertos temas para no perturbar la comodidad o la "paz" de mi vida? ¿Tengo miedo a la opción por los pobres... para no complicarme la vida?
Para la reunión de grupo
- La cruz de Jesús el rechazo que él sufre, no es una cruz cualquiera... ¿Cómo podríamos caracterizarla?: ¿Quiénes rechazan a Jesús? ¿Por qué? ¿Por qué tipo de intereses?
- Jon Sobrino suele decir que los mártires latinoamericanos de las últimas décadas son "jesuánicos", en cuanto que su persecución y su muerte tienen una gran semejanza con las de Jesús: por la misma causa, y por la misma Causa, la Causa de Jesús (el Reinado de Dios, este mismo mundo pero introducido en el orden de la voluntad de Dios... bajo los mismos perseguidores... Cuidado, porque otros mártires murieron por causa de Cristo Rey... que no es lo mismo necesariamente. Comentar.
- -¿Qué tipos de personas seguidoras de Jesús están padeciendo hoy día la persecución y el rechazo como Jesús?
Para la oración de los fieles
- Para que los cristianos asuman con alegría y entusiasmo la Causa de Jesús como su propia Causa y misión, roguemos al Señor...
- Para que los cristianos que ejercen cargos públicos sean realmente honestos e insobornables, dando al mundo el testimonio de que le mundo puede ser cambiado con el espíritu de las bienaventuranzas...
- Para que todos seamos coherentes con nuestros principios y nuestra vocación, sin temor a las presiones sociales, al qué dirán, o a vernos señalados...
- Para que también "hoy" hagamos nuestra la misión de Jesús y hagamos así que también “se cumpla hoy la Escritura”...
- Por todas las religiones de la tierra, para que convivan en fraternidad, dialogando con gestos concretos a la búsqueda del rostro del Dios único...
Oración comunitaria
- Dios, Padre-Madre, que en Jesús nos has dado un ejemplo de coherencia y entrega a la verdad sin miedo a las represalias, al conflicto, a la Cruz. Ayúdanos a ser, como Él, coherentes con nuestra misión de anunciar la Buena Noticia a los pobres y servir a la Verdad, con valor y coherencia, sin amedrentarnos ni retroceder al experimentar el rechazo y la cruz que también Él experimentó. Nosotros te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Por los siglos de los siglos.
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