Evangelio en audio (mp3)
Nuevamente los cuestionamientos para Jesús por realizar acciones
en favor de las personas oprimidas por los males (muchos de ellos generados
por la estructura religiosa).
El episodio sucede en la Sinagoga. Parece ser
que esta institución se ha especializado en paralizar al ser humano. Todos sabemos lo importante que son nuestras manos. Las necesitamos para trabajar, saludar, estudiar, acariciar, consolar, alabar (también sirven para hacer el mal).
La mano paralizada hace inútil al hombre. Por eso Jesús desafía a la institucionalidad.
“Ponte en medio” le dice Jesús al enfermo. Luego
confronta a las autoridades religiosas.
El tema es el bien o el mal aunque
sea en día sábado. Para Dios, queda claro, lo importante no son los
preceptos sino, una vez más, las personas.
Curiosamente una religión cuyos
fundamentos fueron garantía de libertad y seguridad para el pueblo, se ha
convertido en una carga abrumadora y despersonalizante.¿Qué cosas de nuestra experiencia religiosa son esclavizantes y deshumanizantes?
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