Lunes 28 de enero

Presumimos de ser la religión más extendida a nivel mundial, pero ¿de qué nos vale? Somos muchos, pero no somos nada, porque no somos una religión auténtica, una verdadera familia de gente de Dios. Todo se basa en un gran equívoco. Y dichosos aquellos que, con sus críticas, ponen en evidencia la falacia de tal planteamiento cuantitativo. «La esencia se vende en frascos pequeños» (estamos en la semana de la semillita). Una familia enorme tiene, por fuerza, que hallarse dividida.        

EVANGELIO EN AUDIO (mp3)

  ¡¡Vaya! ¡Qué manera de desprestigiar a Jesús! Claro, su palabra y su modo de proceder se convierte en una piedra en el zapato para quienes están encerrados en su propio egoísmo que les proporciona una falsa seguridad. Esto se ha encriptado en el poder que les otorga el sistema religioso que ha acomodado a su propio interés.
       Jesús cuestiona con fuerza profética la falsedad y vaciedad de la religiosidad (tergiversada) que sostienen y defienden los líderes religiosos del pueblo.

       Jesús propone una novedad. Sin desconocer lo valioso de la ley y la tradición profética, presenta una alternativa de esperanza y liberación: el Reinado de Dios.

       Sólo cuando el Señor de la vida y de la historia sea el soberano que gobierna el corazón humano la ley y los profetas recobraran su sentido humanizador. Por eso la mejor forma para debilitar la propuesta de Jesús es descalificarlo haciéndolo parecer como un demonio que se opone al plan de Dios.

     ¿Reconocemos la fuerza liberadora y novedosa del evangelio en nuestra comunidad?    

s. Tomás de Aquino, sacerdote dominico, doctor de la Iglesia, patrón de las escuelas católicas

  

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