PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
(14-19 DE ENERO):
PRESUPUESTOS DE NUESTRO ACTUAR
Para poder dedicarnos al Reino, es decir, a continuar el programa presentado por Jesús la semana pasada, lo primero que hay que hacer es abandonar las seguridades (LUNES: el padre, las redes) y lanzarse a la misión de combatir el mal sin complejos (MARTES: «¡Cállate y vete!»), con una autoridad («Una enseñanza nueva expuesta con autoridad») que no se base en el autoritarismo, sino que proceda de un convencimiento profundo, de nuestra hondura humana (MIÉRCOLES: «Se levantó de madrugada y se fue a orar») y de la compasión por la gente (JUEVES: «Compadecido, extendió su mano y lo tocó, diciendo: “Quiero”»). Los «entendidos», los «espirituales», los de la ley, nos van a criticar con el recurrido argumento de que eso es «horizontalismo», «materialismo» y, desde luego, nada «religioso» (VIERNES: «Este blasfema»). Y mucho más cuando vean que abandonamos los templos para irnos a transformar la realidad, entre los marginados y la gentuza (SÁBADO: «No he venido a llamar a los justos»).
Como hacía Jesús, nuestro Señor.
Esta semana seguiremos afianzando nuestras convicciones básicas.
El convencimiento que nace de nuestra unión con Dios nos situará entre la gente (preferentemente, "en las periferias existenciales” (Francisco), con el corazón en bandolera: «Quiero que estés limpio, quiero que seas feliz, porque te quiero».
Evangelio en audio (mp3)
Oremos por...
(14-19 DE ENERO):
PRESUPUESTOS DE NUESTRO ACTUAR
Para poder dedicarnos al Reino, es decir, a continuar el programa presentado por Jesús la semana pasada, lo primero que hay que hacer es abandonar las seguridades (LUNES: el padre, las redes) y lanzarse a la misión de combatir el mal sin complejos (MARTES: «¡Cállate y vete!»), con una autoridad («Una enseñanza nueva expuesta con autoridad») que no se base en el autoritarismo, sino que proceda de un convencimiento profundo, de nuestra hondura humana (MIÉRCOLES: «Se levantó de madrugada y se fue a orar») y de la compasión por la gente (JUEVES: «Compadecido, extendió su mano y lo tocó, diciendo: “Quiero”»). Los «entendidos», los «espirituales», los de la ley, nos van a criticar con el recurrido argumento de que eso es «horizontalismo», «materialismo» y, desde luego, nada «religioso» (VIERNES: «Este blasfema»). Y mucho más cuando vean que abandonamos los templos para irnos a transformar la realidad, entre los marginados y la gentuza (SÁBADO: «No he venido a llamar a los justos»).
Como hacía Jesús, nuestro Señor.
Esta semana seguiremos afianzando nuestras convicciones básicas.
El convencimiento que nace de nuestra unión con Dios nos situará entre la gente (preferentemente, "en las periferias existenciales” (Francisco), con el corazón en bandolera: «Quiero que estés limpio, quiero que seas feliz, porque te quiero».
Evangelio en audio (mp3)
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