Evangelio en audio (mp3)
Hay que desconfiar de las luces que deslumbran, pues hasta la más pequeña es capaz de iluminar si se coloca en el lugar adecuado. Que cada uno haga lo que pueda por alumbrar a los hermanos: el que tenga un farol de colores, con un farol; y el que tenga una alegre bengala, con una bengala. Una iglesia resulta tanto más difícil de iluminar (y de calentar) cuanto más grandiosa es. Y no tengamos miedo de caminar en las tinieblas: poseemos una luz muy potente que nos alumbra desde dentro.
Cuán difíciles son las exigencias de Jesús. La gran
tendencia del ser humano es a murmurar, juzgar y condenar a los demás. Sin
embargo, se molesta si alguien llega a juzgar o murmurar de uno. Es lo que
se denomina incoherencia. Por eso Jesús nos llama a la coherencia. Si no
queremos que nos descalifiquen y cuestiones pues tampoco lo hagamos con los
demás. Es una realidad que pasa tanto a nivel interpersonal, como grupal,
social e internacional. Constantemente vemos a nuestros líderes locales,
nacionales y mundiales denigrando en uno del otro. Y muchas veces esto es
causa de serias divisiones y fuertes controversias. Es muy importante
aprender la lección de aceptar, comprender y asumir a la otra persona con
sus limitaciones y equivocaciones, pero también con sus valores y aciertos.
Solo así seremos luz para los demás. Oremos al Señor para que aprendamos a
no despreciar a los demás por sus errores o defectos. Mejor, ayudémoslos a
corregirse y superar se con una actitud de amor fraterno.
San Juan Bosco, fundador (1888)
(Juan Melchor Bosco Ochienna, también llamado Don Bosco; I Becchi, 1815 - Turín, 1888) Santo, sacerdote y pedagogo italiano, fundador de la orden salesiana. Hijo de un humilde matrimonio campesino, su niñez fue dura, pues después de perder a su padre tuvo que trabajar sin descanso para sacar adelante la hacienda familiar. Se cuenta que aprendió a leer en cuatro semanas; quería estudiar para ser sacerdote, por lo que tenía que hacer todos los días a pie unos diez kilómetros (a veces descalzo, por no gastar zapatos) para ir a estudiar al liceo de Chieri. Con el fin de pagar sus estudios trabajó en toda clase de oficios.
Estableció luego las bases de la Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos (1851), aprobada en 1860, y de su rama femenina, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora. Tales instituciones, dedicadas a la enseñanza de los niños pobres, se desarrollaron con rapidez gracias al impulso de uno de los grandes pedagogos del siglo XIX. Además de recibir una educación cristiana, los alumnos podían familiarizarse e instruirse en diversos oficios, razón por la que se ha visto en Don Bosco a uno de los precursores de la moderna formación profesional. Desde el punto de vista metodológico, Don Bosco implantó lo que él mismo denominaba «sistema preventivo», frente al sistema represivo tradicional.
La orden salesiana alcanza hoy en día 17.000 centros en 105 países, con 1.300 colegios y 300 parroquias, mientras que el instituto femenino de María Auxiliadora (las Hermanas Salesianas) posee 16.000 centros en 75 países, dedicados a la educación de la juventud pobre. Ya en vida de Don Bosco las instituciones por él fundadas llegaron a reunir más de cien mil niños pobres bajo su protección; su fama como educador y como santo favoreció su relación con importantes personalidades de su tiempo (entre ellas el monarca italiano Víctor Manuel II y los papas Pío IX y León XIII) y el apoyo a su labor filantrópica.
Además de su labor educadora y fundadora, San Juan Bosco publicó más de una cuarentena de libros teológicos y pedagógicos, entre los cuales cabe destacar El joven instruido, del que se llegaron a publicar más de cincuenta ediciones y un millón de ejemplares sólo en el siglo XIX.
El propio santo se encargó también de compilar y editar los llamados Sueños de Don Bosco, un total de 159 sueños en ocasiones premonitorios que tuvo a lo largo de su vida, el primero de ellos a los nueve años. Cuenta Don Bosco que, a esa edad, soñó que se hallaba en el patio de un colegio y que se lanzaba a puñetazos contra un grupo de muchachos que «decían malas palabras». Apareció entonces Jesucristo, quien le indicó que los vencería «no con puños, sino con amabilidad», y luego la Virgen María, que anticipó su destino de educador: su misión sería llevar la mansedumbre a los niños, una vez se hubiera hecho él mismo «humilde, fuerte y robusto».
San Juan Bosco murió la madrugada del 31 de enero de 1888 en Turín. Durante tres días, la ciudad piamontesa desfiló ante su capilla ardiente, a cuyo entierro acudieron más de trescientos mil fieles. Fue beatificado en 1929 y canonizado en 1934, durante el pontificado de Pío XI; para su canonización se presentaron seiscientos cincuenta milagros obrados por él. Su festividad se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de enero.
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