La gente sigue a Jesús. Sus palabras son cautivantes.
Devuelven la esperanza en medio de la angustia y la desesperación. Su
mensaje tiene sabor a vida. Trasmite valor, fortaleza para afrontar el
trabajo y la lucha de cada día. Comunica vida, salud, fortaleza, dignidad y
libertad a todos los que viven bajo el yugo, la opresión y el sinsentido. Su
talante de vida es lo que convence y trasforma el corazón de las personas. Y
aquellos, los que se oponen al proyecto del Reino, a la voluntad de Dios, se
sienten derrotados, por eso quieren difundir su nombre; pero Él no vino a
buscar prestigio ni fama, sino a servir con generosidad y entrega. Por eso
los manda callar. Cuánta convicción nos falta hoy a sus seguidores. Falta
testimonio, coherencia, transparencia y autenticidad para que sea nuestra
vida y no las palabras la que derrote las fuerzas del mal que siguen
causando estragos en medio del pueblo. ¿Trasmites vida y esperanza a las
personas que están cerca de ti?
Francés (1567-1622), es hombre del diálogo y de la
mansedumbre sin renunciar a la verdad. Es uno de los primeros
evangelizadores modernos, usando volantes y carteles. Propone un modelo
de vida cristiana diverso para cada uno de los estados, y realizar en
las dificultades de la vida cotidiana.
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