Jueves 10 de enero 2019

Evangelio en audio (mp3)

       Es su gran día: Jesús se presenta en sociedad y hace público su programa de actuación... que se parece bien poco al de algunos dirigentes de nuestra Iglesia. Porque, en la práctica,combaten con ahínco (por «comunista») una Teología de la Liberación que es la que Jesús adopta decididamente desde el principio de su apostolado. 
       ¿Porqué en un continente como el nuestro ("cristiano") las desigualdades son tan grandes y las injusticias sociales tan graves?

 1Juan 4,19-5,4
       Queridos hermanos: Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Y hemos recibido de él este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano. Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él.
     En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos.
    
Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. 


 De Dios hemos visto su amor desplegado en la entrega de Cristo. Esa entrega por nosotros significa un mandato de amor: amor al hermano. El amor es reactivo y verificable. Amar no es una carga.   
    El amor cristiano es un amor a Dios que pasa necesariamente por el prójimo, que es la verificación de que el evangelio de Cristo ha encontrado asiento en el creyente. Esta dimensión del amor no es opcional en el discipulado.
   ¿A quién profesamos el amor a Dios? Dios requiere nombre y apellidos
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