5 de enero

Nos hemos fabricado «cristos» para todos los gustos. 
         Pero todo «cristo» que no se parezca a Jesús de Nazaret es pura ciencia ficción, imaginación calenturienta muy cercana a la de aquellos que divinizaron a Julio César. 
         El culto cristiano es con mucha frecuencia idolátrico, porque adoramos imágenes hechas por el hombre. Convenzámonos de que lo peculiar del cristiano no es Dios, sino Dios encarnado. Pues a Dios solo se llega pasando por Nazaret. Habrá que ir menos a la iglesia y más al taller de Nazaret.

Comentarios