EVANGELIO EN AUDIO: Juan 12, 1-11
1. Esta cena es el símbolo del triunfo de la vida sobre la muerte. En Lázaro, la vida fue más fuerte que la muerte. Como iba a ser más fuerte en el propio Jesús. Y esa fuerza de la vida se expresa en el Evangelio mediante símbolos de vida: la mesa compartida, la amistad servicial de Marta, el perfume costoso de María, la unción de los pies, la fragancia que llena la casa. Jesús quiso celebrar el don de la vida en plenitud. También es vida la amistad, la gratitud, la estética, el perfume que invade con su fragancia. Jesús entendía la vida y la espiritualidad de forma que incluía hasta el encanto del cabello femenino que acaricia los pies.
2. La vida, así entendida, no se reduce a la solución de la "cuestión social". Eso pensaba Judas. Pero Jesús no estuvo de acuerdo. En cualquier caso, lo que este relato no justifica es el boato de la religión que antepone el lujo de los templos y sus ceremonias a las necesidades básicas de los pobres.
3. El contraste con Jesús no es Judas, sino los sumos sacerdotes. Jesús es vida. Los sumos sacerdotes son muerte. El relato destaca este contraste al indicar que aquellos notables clérigos no tuvieron bastante con la condena a muerte de Jesús, sino que además decidieron también matar a Lázaro. La religión, mal entendida y mal vivida, es un peligro. El mayor peligro. Es peligro de muerte.
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