Tercera
semana Pascual (10-16
de
abril)
Consejos
para tener una buena vida resucitada (1):
Una
alimentación sana
Empezamos
aquí una serie de reflexiones sobre cómo cultivar nuestra vida
resucitada de cristianos.
Y
empezamos por lo más básico, por la alimentación.
¿De
qué se alimenta nuestra vida resucitada? La materia prima tiene que
ser siempre el amor (DOMINGO: «¿Me amas?»). Tenemos malos hábitos
alimenticios (LUNES: «Trabajamos por el alimento que perece'»),
por eso hay que empezar desechando las viandas insanas (otros
«panes»; MARTES: «Solo el pan de Dios da vida al mundo»), para
elegir, después, una buena materia prima (el Evangelio leído,
meditado, practicado; MIERCOLES: «El que viene a mí no tendrá
hambre») y prepararla y cocinarla «a fuego lento» (oración, unión
con Dios; JUEVES: «El que coma de este pan vivirá para siempre»),
hasta disponer de una exquisita y
saludable
comida (VIERNES: «Este es el pan bajado del cielo, no como el de
vuestros padres»), un alimento como nadie más puede ofrecer
(SÁBADO: «¿A quién vamos a acudir?»).
¿Nos
anotamos
a un cursillo de cocina sana impartido por Jesús, nuestro gran chef?
En
esta semana nos cuestionaremos con qué tipo de
comida estamos alimentando nuestra vida de
resucitados.
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