miércoles 4º semana de cuaresma

9 DE MARZO-MIÉRCOLES 4a SEMANA DE  CUARESMA


Jn 5,17-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Mi Padre sigue actuando y yo también actúo". Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo violaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: "Os aseguro: el Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a ios que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre, que lo envió. Os lo aseguro: quien escucha mi palabra y cree al que me envió, posee la vida eterna y no será condenado, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del Hombre. No os sorprenda que venga la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de condena. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió".

  1. Ante todo, lo que aquí dice Jesús es la respuesta que les dio a los dirigentes judíos para explicarles por qué había curado al paralítico de la piscina precisamente un sábado. Esta actuación de Jesús y el hecho de decirle al paralítico que se fuera a su casa con la camilla (Jn 5,8), indignó a los "judíos" hasta el extremo, que el evangelio asegura que "trataban de matarlo" (Jn 5,18). Jesús había violado provocativamente la interpretación oficial que los rabinos hacían de la Tora (la Halaká, interpretación oral de la Ley escrita). Además, Jesús actuó así en Jerusalén y en plena fiesta (segu­ramente) de Pentecostés (R. E. Brown). Y es que, efectivamente, la violación cons­ciente de la ley del sábado era castigada con la lapidación.
  2. Pues bien, ¿cómo justificó Jesús lo que acababa de hacer, en tales condiciones? En el relato mítico de la creación se dice que el día séptimo "Dios descansó" (Gen 2, 2). Por eso los judíos observantes, hasta hoy, afirman que "el Shabbat... es el día de la liberación, el día que, desde los albores de la vida universal, triunfa de la fatalidad y proclama la absoluta libertad del Creador" (La voz de la Torah, I). Así las cosas, lo que Jesús les dijo a los observantes judíos que él hacía lo que ve que hace el Padre (Jn 5,19). Esa fue toda su argumentación.
  3. ¿Qué significa esto? Lo que el Padre hace constantemente -también el sábado-es "dar vida". Al decir esto, Jesús afirma que todo lo que da vida, es fuente de vida, defiende la vida y hace más digna la vida, ahí y en eso es donde está Dios. Esto es lo que Dios hace. Dios no está en el que se desentiende del sufrimiento, de la vergüenza y del dolor de los últimos.

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