3.a LECCIÓN: EL ENFOQUE. RE-DIMENSIONAR NUESTRA VISIÓN DE LA REALIDAD Y COMPRENDER EN QUÉ CONSISTE LA «GLORIA» SEGÚN DIOS. OTRA FORMA DE VER LAS COSAS.
En esta tercera semana de su «cursillo preparatorio acelerado», Jesús nos enseña que los suyos, precisamente porque han visto su gloria (DOMINGO: «Se espabilaron y vieron su gloria»), han entendido que solo serán como Dios si se muestran compasivos (LUNES: «Sed misericordiosos como vuestro Padre»), servidores de los demás (MARTES: «El primero entre vosotros sea vuestro servidor»), esclavos de los otros (MIERCOLES: «El que quiera ser grande, que sea vuestro servidor»), situados de parte de los mendigos (JUEVES: «Un mendigo llamado Lázaro»), piedras desechadas (VIERNES: «Es ahora la piedra angular»), hijos pródigos (SABADO: «Un hombre tenía dos hijos»): solo estos, a nuestros ojos descarriados y equivocados, alcanzarán la gloria de Abrahán, la ternura del padre Dios.
Esta re-valoración, esta forma distinta de valorar las cosas (muy distinta de la del «mundo»), a sí mismo y a las personas, es esencial para un anunciador del Evangelio.
Una semana en la que someteremos a crítica nuestra manera de cualificar las cosas, las personas, los objetivos, los medios y los resultados (éxitos y fracasos).
Esta re-valoración, esta forma distinta de valorar las cosas (muy distinta de la del «mundo»), a sí mismo y a las personas, es esencial para un anunciador del Evangelio.
Una semana en la que someteremos a crítica nuestra manera de cualificar las cosas, las personas, los objetivos, los medios y los resultados (éxitos y fracasos).
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