Castillo Viernes Iº SEMANA DE CUARESMA-C

Mt 5,20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si no sois mejores que los letrados y fariseos no entraréis en el Reino de los Cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano, será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Procura arreglarte con el que te pone pleito, en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último cuarto".
1. Este texto es el comienzo de las famosas antítesis que Jesús, según el evangelio de Mateo (5, 21-48), establece entre la "justicia" {"dikaiosyne" = fidelidad, honradez total) que practicaban los judíos y la que deben practicar los discípulos de Jesús. La fidelidad a Dios de los discípulos tiene que ser, no solo cuantitativamente superior, sino sobre todo cualitativamente distinta. Distinta, ¿en qué? No se trata de que la obediencia a la ley divina sea superior, sino de que la obediencia sea sustituida por la bondad y el amor (U. Luz).
2. La primera antítesis que Jesús establece, se centra en este criterio: no solo se debe evitar el hacer daño a otro ser humano, sino que, en la relación con los otros, hay que ser radical. En consecuencia, no se debe ni ofender, ni insultara nadie de ninguna manera. De esta forma, Jesús pone el listón en lo más alto, que se puede poner, en cuanto se refiere a las relaciones humanas. La preocupación por este complicadísimo asunto fue, con la salud y la alimentación, el centro de las preocupaciones de Jesús. El eje central del sermón del monte está en que nuestras relaciones con todos sean como las relaciones que el Padre bueno mantiene con todos.
3. Lo más fuerte de este texto está en los vv. 23-24. Lo que Jesús afirma, al hablar de la ofrenda ante el altar, no se refiere solamente a "la unidad del ethos y el culto", un tema que ya quedó destacado en los libros sapienciales y en los profetas (Prov 15,8; 21,3.27; Eclo 31 [34], 21-24; 35,1-3, etc. G. von Rad, José L Sicre). No se trata solo de la unidad de "ética" y "religión". Se trata, sobre todo y ante todo, de la prioridad de la conducta ética, que está antes que la observancia de la religión. Jesús dice: si vas a un acto religioso y, al acercarte, recuerdas que hay alguien que tiene quejas justifi­cadas contra ti, no entres en la iglesia, no te acerques al altar, no te ampares en la religión (y menos, en Dios). No. Lo primero es que vayas y te pongas en paz con la persona a la que has ofendido, a la que no le has pagado, a la que has maltratado... Y cuando hayas cumplido con tu semejante, entonces ve a misa, al bautizo, al rezo...

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