Mc
6,53-56
En
aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía,
tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas desembarcados,
algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca;
cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los
enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba,
colocaban a los enfermos en la plaza, y les rogaba que les dejase
tocar al menos el borde de su manto y los que lo tocaban se ponían
sanos.
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Se ha discutido, entre los especialistas en el estudio de los evangelios, el valor histórico que pueden tener estos sumarios o resúmenes de lo que era, y los efectos que producía, la actividad de Jesús por los pueblos y aldeas de Galilea. Pero aquí conviene recordar que un "sumario" no es el relato de un episodio, sino la "enseñanza" que cabe deducir de una forma de vida.
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Esto supuesto, lo que aquí se nos enseña es que el Bíos -la forma de vida- de Jesús producía salud y daba vida y felicidad a la gente con la que se encontraba o con la que tenía alguna relación. Buscar las relaciones, que la orla o adornos del vestido de Jesús, podían tener con las curaciones de enfermos (cf. W. D. Davies, D. C. Allison), todo eso no pasa de ser un alarde de erudición que poco o nada profundiza en el estudio del Evangelio.
3.
Por
tanto, lo que en este sumario se afirma, ante todo, es la situación
casi desesperada en que se encontraban los habitantes de la
Galilea del siglo primero (Joel Marcus). En segundo lugar -y sobre
todo-, lo central de esta enseñanza es que remediando o al menos
aliviando el sufrimiento humano, así es como tiene que hacerse
presente la Buena Noticia de Jesús. Lo que a nosotros nos toca ahora
es pensar y definir cómo tenemos que hacer lo mismo en una sociedad
que tiene otros problemas. Y, por tanto, necesita otras soluciones.
En todo caso, acercarnos a los que más sufren, eso es siempre lo
mismo. Y brota de la bondad del corazón.
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