Mt 26,14-25
En aquel tiempo, uno de los doce, llamado
Judas Iscariote fue a los sumos sacerdotes)' les propuso: "¿Qué estáis
dispuestos a darme si os lo entrego?" Ellos se ajustaron con él en
treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para
entregarlo. El primer día de los ázimos se acercaron ¡os discípulos a Jesús y
le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?"
Él contestó: "Id a casa de fulano y decidle: "El Maestro dice: mi
momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa y con mis
discípulos". Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y
prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras
comían, dijo: "Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar".
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: "¿Soy yo
acaso. Señor?" Él respondió: "El que ha mojado en la misma fuente
que yo, ese me va a entregar. El Hijo del Hombre se va como está escrito de él;
pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del Hombre!, más le valdría no haber
nacido". Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: "¿Soy yo
acaso. Maestro?" Él respondió: "Tú lo has dicho".
1. El "caso Judas"es un paradigma.
Hace algunos años, se pensaba que Judas traicionó a Jesús por motivos
políticos. Esta idea se basa en el apodo de "Iscariote", una palabra que algunos han deducido del
término "iskarios",
que significaría
"sicario" O sea un revolucionario violento. Pero eso no está
demostrado. Ni parece que sea demostrable. Es una interpretación de Judas que
estuvo de moda, en los ambientes teológicos, en los 60 y 70 del siglo pasado
(O. Cullmann). Sin embargo, en el "caso Judas", lo más lógico es
pensar lo que dice expresamente el E-vangelio, a saber: que Judas era un ladrón
que robaba (Jn 12,6). O sea, fue la codicia lo que hizo de aquel hombre un
traidor. Y eso es lo que relatan los evangelios: "¿Cuánto estáis dispuestos a darme
si os lo entrego?" (Mt 26,15; cf. Me 14,10-11; Le 22, 3-6). La traición de Judas fue la
traición de la codicia. El deseo de dinero y riqueza, que, tal como hoy
funciona la economía mundial, se consigue a base de acumular arruinando a los
demás. Es lo que estamos viendo y padeciendo en estos tiempos de crisis
económica mundial. La crisis que ha hundido a la clase media y que ha abierto
una brecha asombrosa y criminal entre los más ricos (un 2%) y los más pobres
(más del 80%) de la población mundial. ¿Cómo podemos seguir aguantando a Judas
tan presente hoy entre nosotros?
2. El "caso Judas" pone en
evidencia que la deshumanización puede estar presente en los momentos y en los
actos que más nos humanizan. En el "caso Judas" la traición a la
amistad y a la vida puede estar en el centro mismo de la comensalía, en el
momento en que compartimos la mesa y el pan, es decir, en el símbolo central de
la "vida compartida".
3. Mateo (con Me y Le) le da más importancia
a este hecho al situarlo en la cena de la Pascua judía. Pero se sabe que esta
cena no fue la "cena pascual", ya que se celebró un día antes (Jn
13,1; 18,25), en el día de la Preparación, cuando se sacrificaban los corderos
pascuales (Jn 19, 14; cf. 19,31.42). La última cena no fue un acto
"religioso", sino una cena de despedida, un acto profundamente
humano, cargado de intimidad, de miedos, de oscuridades y también de cinismos
y traiciones. Todo como la vida misma. La vida de un hombre entre otros
hombres.
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