Martes 5ª semana de cuaresma



Jn 8,21-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros". Los ju­díos comentaban: "¿Será que va a suicidarse, y por eso dice "donde yo voy no podéis venir vosotros?" Y él continuaba: "Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados". Ellos le decían: "¿Quién eres tú?" Jesús les contestó: "Después de todo, ¿para qué seguir hablan­doles? Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de Él".  Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: "Cuando levantéis al Hijo del Hombre sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada". Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
1.  "¿Quién eres tú?" Jesús tenia que resultar desconcertante. Por eso se explica la pregunta que le hicieron los fariseos. Veían en él a un hom­bre y al mismo tiempo oían de sus labios palabras que solo podían venir de Dios: "yo soy de allá arriba"... "yo no soy de este mundo"... "sino creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados". Aquí justamente se plantea el enigma y el misterio de Jesús, que es también el enigma y el misterio de Dios. ¿Por qué?
2.  En este relato, Jesús utiliza tres veces la expresión "yo soy" (8,23.24.28). Con esa expresión. Dios reveló su nombre a Moisés (Ex 3.14). Pe­ro ese nombre no es una definición ontológica de la esencia divina. Dios no revela en la Biblia su "ser" sino su "actuar", es decir, no pretende dar a conocer lo que es, sino cómo actúa. Por tanto, lo que nosotros podemos aprender en los evangelios, no se refiere a lo que es Dios, sino cómo actúa, cómo se comporta, qué ocurre y qué acontece cuando se hace presente en la vida, en las personas, en la historia.
3.  Jesús nos revela y nos da a conocer a Dios. No porque nos revela la esencia divina, sino porque vivió, habló y se comportó de tal forma que, haciendo eso, nos dijo: "Dios es así". De ahí, la extraña afirmación: "Cuando levantéis al Hijo del Hombre sabréis que yo soy". Es decir, en el crucificado, en el ajusticiado, en el fracasado, por defender a los indefensos, ahí y en eso sabemos que Jesús es Dios porque nos está dicien­do así es dónde y cómo encontramos a Dios. A muchas personas lo que les preocupa es saber si Jesús es Dios, pero no le interesa saber cómo tienen que vivir para encontrar a Dios.

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