Mt 5,43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: "Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a
tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a
los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis
hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos
y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a ¡os que os
aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo los publícanos? Y si saludáis solo
a vuestro hermano, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también
los paganos? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es
perfecto".
1. Las tres grandes preocupaciones de Jesús
fueron: 1)
La salud de los
enfermos; 2) La comida compartida o la alimentación de todos con todos; 3) Las
buenas relaciones humanas. De esta tercera preocupación es de la que habla aquí
Jesús. Y habla nada menos que de enemigos, odio, aborrecimiento, persecuciones y calumnias. Una persona, que sabe que pesa sobre ella
todo eso, tiene motivos para temer. Y temer lo peor. La violencia política,
religiosa y de género dan miedo y obligan a tomar precauciones. Los
gobernantes, la justicia y la policía deben intervenir. Jesús habla de algo muy
actual y muy grave.
2. Sin embargo, Jesús dice que, cuando uno
se ve en tales situaciones, tiene que amar al enemigo, al que te aborrece, al
que te amenaza. Amar es no querer destruir al otro y hacerle el bien que se le
pueda hacer. Cuando se hace eso, se desarma al agresor y se deshace la amenaza.
Por supuesto, hay que recurrir a los medios legales que dispone el ordenamiento
jurídico en esos casos. Pero bien sabemos que estas situaciones no se resuelven
solo con leyes y sanciones.
3. La solución, según Jesús, está en algo
tan sencillo como desconcertante: cada mañana sale el sol lo mismo para la
víctima que para el verdugo. A nadie se le pasa por la cabeza que, después de
una agresión brutal, el sol va a salir solo para la víctima y nunca más para el
agresor. El día que todo el mundo piense de ti que, lo mismo si te besan que si
te escupen en la cara, tú vas a seguir siendo igual para todos, ese día se
acaba la violencia en cualquiera de sus formas.
Comentarios
Publicar un comentario