Miércoles 5ºDA-B

Mc 7,14-23
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: "Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede ha­cer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír que oiga". Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la comparación. Él dijo: "¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre y se echa en la letrina" (con esto declaraba puros todos los alimentos). Y siguió: "Lo que sale de dentro, eso sí man­cha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicia, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro".
1.  Es capital la enseñanza de Jesús en este episodio. Jesús distingue entre "lo que entra de fuera" (del ser humano) y "lo que sale de dentro" (del mismo ser humano). Lógicamente, lo que sale del ser humano es "lo humano". Sin embargo, lo que entra de fuera del ser humano es "lo cultural". La religión no es algo meramente humano, sino que es cultural. Se­gún las diferentes culturas, las religiones son también diferentes. Por esto, lo que Jesús enseña aquí es que "lo humano" es lo común a todos los humanos y lo que nos une. Mientras que "lo cultural" es lo propio de cada país o de cada cultura; y esto es lo que nos separa, nos divide o incluso nos enfrenta. Y esto nos está diciendo que "lo humano" se debe an­teponer a "lo cultural"y, por tanto, a "lo religioso". Y lo mismo hay que decir de "lo profano" y "lo sagrado" o, en el lenguaje actual, lo religioso y lo laico. Los hombres de la religión dicen que lo sagrado y lo religioso es lo primero y principal en la vida. De forma que lo profano y lo laico es bueno en tanto en cuanto lo aprueban y lo bendicen los dirigentes religiosos. Según este criterio, las cosas de este mundo, si no son aceptadas por la religión, impurifican al ser humano y lo hacen indigno ante Dios. Con lo cual las religiones dividen más a la gente y aumentan las dificultades para la convivencia en paz y en buena armonía.
2.  Jesús afirma que solamente lo que sale del corazón, de lo más hondo de cada uno, eso es lo que nos hace malas per­sonas. Ahora bien, lo que sale del corazón humano es el amor o el odio. El amor y el odio son realidades profanas, lai­cas, que se dan en todos los humanos. Por tanto, Jesús asegura que lo decisivo en la vida es lo profano, lo laico, lo que es común a todos, y a todos nos une o nos divide.

3.  La lista de vicios que pone el evangelio de Marcos es, como ocurre con las listas de pecados que recuerda San Pablo (1 Co 6, 9-10; Ga 5,19-21; Ef 5, 3-5, etc), catálogos que circulaban en la cultura popular de aquel tiempo y que seguramente tenían su origen en la filosofía estoica. En aquellos catálogos, conocidos por el judaísmo helenista, tenía una fuerte presencia el puritanismo de la tradición griega desde Pitágoras. Por tanto, no se trata aquí meramente de las prohibiciones del Decálogo (K. Berger). El "engaño"y la "arrogancia" no están en el Decálogo (S. Wibbing).

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