Sábado 1ª semana tiempo ordinario

Mc 2,13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sigúeme". Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de en­tre los muchos que lo seguían, un grupo de recaudadores y otra gente de mala fama se sentaron con Jesús y sus discípulos. Al­gunos letrados fariseos, al ver que comía con recaudadores y otra gente de mala fama, le dijeron a ¡os discípulos: "¿De modo que come con recaudadores y pecadores?" Jesús lo oyó y les dijo: "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he ve­nido a llamar a justos, sino a pecadores".
1.  Los publícanos o recaudadores de impuestos eran los que cobraban las tasas indirectas, debidas principalmente por el transporte de bienes (J.R. Donahue). El cobro de las tasas indirectas se asignaba al mayor postor, que después tenía libertad para cobrarle a la gente lo que él quería o lo que le interesaba. Este sistema daba pie para cometer toda clase de abusos con la pobre gente. Por eso los llamados "publícanos" eran gente indeseable y odiada por la población. El evangelio de Lucas indica que el oficio de estos individuos llevaba consigo sobrecargas de impuestos, cosa que era ha­bitual (Lc 3,13; 19,8).
2.  Pero Jesús no hizo caso de la mala fama que tenían los publícanos y sus amigos los pecadores. Jesús llamó, para que fuera seguidor suyo, a uno de estos, llamado Leví. Más aún, Jesús no se limitó a llamar a un "indeseable", sino que ade­más se fue a su casa y allí, con aquel hombre de mala fama y sus compañeros de oficio, a los que se sumaron "muchos pecadores", organizaron una comida. ¡Un escándalo y una provocación! Porque, en aquel tiempo, compartir la mesa era solidarizarse con los comensales, es decir, dar a entender que uno estaba con ellos y se ponía de su parte. Ese era el sen­tido profundo que tenía el "banquete"al que los antiguos llamaban "simposio" (D.E. Smith). En este evangelio, Jesús se solidariza con individuos de mala fama.

3.  Los "letrados fariseos" (los maestros de la Ley que pertenecían al partido de los más observantes de la religión) no so­portaron el nuevo escándalo, y enseguida vino la acusación, una tarea frecuente entre los "piadosos observantes". La respuesta de Jesús es fuerte, porque afirma que él no vino al mundo para los que se ven y son vistos como"justos"y"ejemplares", sino para los que se ven y son vistos como"pecadores"e"indeseables". Jesús estaba convencido de que el Evangelio se difunde, no mediante amenazas y sermones, sino con la cercanía y la amistad.

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