Martes 2ª durante el año-B

Mc 2, 23-28
Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dije­ron: "Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?" Él les respondió: "¿No habéis leído nunca lo que hizo David cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre?" Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, co­mió de los panes presentados, que solo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros". Y añadió: "El sá­bado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del Hombre es señor también del sábado".
1.  El mandato del Decálogo sobre el descanso sabático (Ex 20,8-11; Dt 5,12-15) no prohibe arrancar espigas para co­mer. Los rabinos judíos habían hecho extremadamente rigurosa la Ley religiosa. Es lo que ocurre en todas las religiones: la falta de espíritu se pretende suplir con el rigorismo de las normas. O sea, los hombres de la religión imponen, como voluntad de Dios, lo que es voluntad de ellos. Se utiliza a Dios para mandar y someter. Este despotismo de los líderes religiosos hace mucho daño a la religión. Y, sobre todo, daño a la fe en Dios. Y, más que nada, lo peor de todo es que muchas personas, que necesitan la fe y la esperanza en el Padre, pierden esa fe y esa esperanza.
2.  Los discípulos de Jesús quebrantan las normas de los maestros de la Ley. Y Jesús, no solo se lo permite, sino que los defiende ante las acusaciones de los observantes fariseos. Lo que hizo David fue anteponer la necesidad humana al res­peto que se le debía tener a un pan consagrado en el Templo. Lo profano se antepone a lo sagrado. Y Jesús aduce eso como modelo de conducta. Esta postura y esta convicción de Jesús son más importantes de lo que imaginamos. Por­que, en definitiva, lo que hace Jesús es anteponer "lo humano" a "lo religioso" No porque lo religioso tenga menos im­portancia que lo humano, sino porque -a juicio de Jesús- cuando lo religioso no sirve nada más que para mortificar lo humano, la religión es falsa y no lleva a Dios.

3.  La famosa sentencia del sábado y el hombre quiere decir que la religión y sus normas están al servicio del ser huma­no y no al revés. El Hijo del Hombre, a fin de cuentas, era también un hombre. Una religión que funciona de forma que no sirve para dar vida a los humanos, defender sus derechos y libertades, y hacerlos más felices, es una religión que no cumple su razón de ser.

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