Mt
10,17-22
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
apóstoles: "No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los
tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante
gobernadores y reyes, por mi causa; asi daréis testimonio ante ellos y ante los
gentiles. Cuando os arresten no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo
lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis
vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los
hijos; se rebelarán los hijos contra los padres y los matarán. Todos os odiarán
por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará".
1. Cuando uno se convence en serio de que
Dios es como el "Niño acostado en el pesebre", es seguro que entonces
uno se verá metido en situaciones inesperadas. Porque un Dios así no interesa y
pone nerviosos a gobernadores y reyes, a los jefes de las sinagogas y a los
dirigentes de la religión. Es más, los altos cargos de la religión, y los
fanáticos de la misma, los de entonces y los de ahora, llegan a sentir un
peligro y una amenaza en el "nuevo Dios", el Dios de la humildad y el
despojo. ¿Por qué en este momento hay tantos hombres de Iglesia que no soportan
al papa Francisco? ¿Por qué ven en la humilde sencillez de este Papa un
peligro? Esta historia empezó con Esteban, asesinado por los sacerdotes y por
el fariseo Saulo, que estaba allí (Hech 7,1 -8,1).
2. Las divisiones y enfrentamientos en la
primera comunidad de los cristianos empezaron pronto. Los helenistas, de los
que habla el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hech 6-7) fueron un grupo
disidente, que no estaba de acuerdo ni con el Templo, ni con la Ley que
defendían y observaban las autoridades religiosas oficiales de Jerusalén. La
tensión llegó a ser tan fuerte que Esteban se atrevió a decirles que eran "rebeldes, infieles de corazón y
reacios de oído" {Hech 7,51).
El problema, que había
(y hay) detrás de estas posturas es más fuerte de lo que imaginamos. Porque lo
que se pone en cuestión es cómo ve y vive cada cual a Dios. El Dios de los sacerdotes es el Dios del
Templo y de la Ley {J.D.G. Dunn). El Dios de Esteban {y del papa Francisco) es
el Dios que se nos revela, no en el Templo, sino en el establo; no en el poder,
sino en la debilidad; no en la riqueza del Templo, sino en la pobreza de los
últimos (pobres, pastores...).
3. Pero lo peor de todo es cuando el poder
se disfraza de religión que rompe los lazos de la carne, y divide y enfrenta a
los hermanos, a los padres y a los hijos, hasta crear odio entre ellos. Es la
religión que genera intolerancia hasta el extremo de despreciar al que no
piensa y vi ve "como Dios manda", aunque eso le cueste a tu hermano
sentirse solo y despreciado. Es la religión que destroza a todo el que no se
somete al modelo oficial. ¿Por qué no somos más libres para ser fieles al
Evangelio?
Comentarios
Publicar un comentario