Sábado Santo

EVANGELIO EN AUDIO: Marcos 16, 1-7

1.  No es lo mismo revivir que resucitar. Revivir es volver a esta vida. Resucitar es trascender esta vi­da. El que revive (Lázaro) vuelve al espacio y al tiempo, las dimensiones de la historia. El que resucita (Jesús) supera el espacio y el tiempo, trasciende las dimensiones de la historia. Por eso se puede (y se debe) decir que la resurrección trasciende la historia, es meta-histórica. Por esto se comprende la enorme dificultad que tenemos los mortales para comprender y aceptar la resurrección de Jesús. Y también nuestra resurrección.

2.  La resurrección es esperanza. Es el mensaje y la promesa de esperanza que aporta el cristianismo a la condición de quienes nos vemos abocados inevitablemente a la muerte. Desde este punto de vista, se puede afirmar que el Evangelio es un argumento privilegiado para dar sentido a la vida, en unas condiciones en las que el "sin-sentido"de la vida nos abruma.

3.  Si la resurrección no acontece dentro de la historia, sino más allá de ella, resulta lógico decir que la resurrección se acepta, no por la evidencia que se impone, sino por la fe que se acepta. Pero sabemos que la fe es siempre un acto libre, que se basa en una decisión en libertad. Y la libertad nunca da seguridad total. Por eso es correcto decir que el Resucitado es una fuente de esperanza.

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