3º cuaresma - viernes


Evangelio en audio: Mc 12, 28-34

1.  El judaismo tenía una ley religiosa tan complicada, que se componía de 613 mandamientos. En tiempo de Jesús, había teólogos judíos, como Shammai, que ni siquiera toleraban que se pudiera preguntar cuál de esos manda­mientos era el principal. Para los judíos integristas, todos los mandamientos tenían el mismo valor. Los judíos que seguían a Hillel, más liberales, se preguntaban qué mandamiento era el más importante.

2.  Jesús admite la pregunta, o sea Jesús era de la tendencia más abierta y progresista de su tiempo. Pero, no solo eso, sino que además da la respuesta afirmando que el principal mandamiento es el amor a Dios (Dt 6,4 s), Jesús añade que el amor al prójimo va unido al amor a Dios. Cosa que el letrado acepta y reafirma. Añadiendo que eso vale más que todos los actos del culto, es decir, que el amor está antes que la religión (Os 6,6; Is 1,11).

3.  Hay gente religiosa que le da más valor a la religión que al amor. Y hay gente que le da más importancia al amor a Dios que al amor al prójimo. Estas dos cosas son dos disparates temibles porque justifican actos de extrema violencia. A Dios no lo ve nadie (Jn 1,18). Al prójimo lo vemos y lo tenemos cerca. El amor a Dios y el amor al prójimo son de tal modo inseparables, que no es posible amar a Dios si no es a través del amor que le tenemos al prójimo. Todo lo que no sea eso, es un engaño que puede justificar las mayores violencias.

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