Castillo 1º semana cuaresma MARTES-C

Mt 6,7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del Maligno. Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas".
  1. Estamos tan acostumbrados a rezar el Padrenuestro, que con frecuencia lo decimos de carrerilla y sin darnos cuenta de lo que estamos diciendo. Sin embargo, ya a comienzos del s. III, Tertuliano decía que el Padrenuestro es un resumen de toda la enseñanza sobre la fe: "breviarium totius Evangelii" (cf. U. Luz). O sea, es una síntesis de todo el Evangelio. Así pues, analizando si lo que dice el Padrenuestro es la fórmula abreviada de nuestros deseos más intensos, con eso sabemos si vivimos o no vivimos el Evangelio.
  2. Jesús le cambió el nombre a Dios. Era un nombre que impresionaba tanto a los israelitas, que lo sustituían por otros nombres (el Cielo, los Cielos...). Si Dios nos trasciende (no está a nuestro alcance), en realidad no sabemos lo que decimos cuando pronunciamos la palabra Dios. En arameo, el término "Padre" (Abba) nunca se aplicaba a Dios (G. Schelbert). Jesús piensa que la experiencia del "padre"es la que más nos puede ayudar para vivir nuestra relación con el Trascendente. Pero ocurre que este nombre es patriarcal y, por tanto, no puede expresar nuestra relación con la "madre". Pero, sobre todo, ¡qué misterio tan profundo es tener un padre! El padre nos da la vida y la seguridad en la vida. Pero el padre es poder y autoridad que nos somete y nos limita la libertad. Todos los humanos (sin saberlo) arrastramos este conflicto, que es fuente de otros conflictos incontables.

3. Entonces, el Dios (Padre) que nos revela Jesús, ¿es solución? ¿Puede serlo? El Padre, que presenta Jesús, es siempre Bondad. Y solo Bondad, nunca es Poder. Y menos aún Dominación y Sometimiento. Es el Padre siempre Bueno, con buenos y malos, con justos y pecadores (Mt 5,45). Es, pues, el Padre que acoge a todos, siempre, sin pedir explicaciones, y haciendo fiesta de alegría por el perdido que acude a Él, no porque se convierte, sino porque se muere de necesidad extrema en la extrema miseria (Le 15,11 -32). A partir de esta experiencia límite, nuestra relación con Dios puede tener sentido y darnos sentido.

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