Sábado 5ºDA-B

Mc 8, 1-10
Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima de esa gente; lle\'an ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y sí los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos". Le replicaron sus discípulos: "¿ Y de dónde se puede sacar pan, aquí en despoblado, para que se queden satisfechos?" Él Ies preguntó: "¿Cuántos panes tenéis?" Ellos contestaron: "Siete". Mandó que la gente se sentara en el suelo: tomó los siete panes, pronunció la Acción de Gracias, lo partió y lo fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces: Jesús ¡os bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.
1.   La multiplicación de los panes es el hecho de la vida de Jesús que más veces se repite, no solo en los evangelios, si­no incluso en toda la Biblia. Porque se repite seis veces (Mc 6, 30-44; Mt 14,15-23; Lc 9,12-17; Jn 6,1-5; Me 8,1-11; Mt 15,32-39}. Como se puede leer en los pasajes citados, hay una primera multiplicación de panes que relatan los cuatro evangelios. Y una segunda que se relata solamente en Mateo y Marcos. Se ha discutido si la segunda multiplicación de panes es un duplicado, que no pasa de ser una mera repetición del primer relato de la comida multiplicada por Jesús. No lo podremos saber nunca con seguridad. Sea lo que sea de esto, lo que interesa es que este hecho debió impresio­nar mucho a las primeras comunidades de cristianos. Por eso lo recordaron más que ninguna de las otras cosas que hi­zo y dijo Jesús. La salud y la comida son las dos cosas que más nos preocupan a todos los humanos. Por eso, estas dos cosas fueron las que más atendió Jesús.
2.  Debió impresionar mucho a aquellas gentes el hecho humano que con esto se hizo patente: el hambre de la gente, el hambre en el mundo. Algo que nos tiene que impresionar tanto, que se nos conmuevan las entrañas hasta el extre­mo deque no podamos soportar ver a la gente destrozada y en peligro inminente de "desmayar por el camino". Ahora mismo son unos mil millones de personas, por lo menos, en el mundo.

3.  Para los cristianos fue muy fuerte también el símbolo cristiano, que representaba la Eucaristía: la "Acción de Gracias", la "Fracción del Pan". Cada domingo, en cada comunidad de creyentes en Jesús, se recordaba así la presencia del Señor. La mesa compartida les recordaba, además, que la unión y la humanidad, que los distinguía, tenía su origen en Jesús allí presente, y no en el honor o el poder, ni en la religión de los ritos y observancias, que eran los valores supremos de aquella sociedad.

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